Lo mismo les da jalar el gatillo para combatir a la delincuencia, que abandonar las armas y parte del uniforme para lanzarse al agua y rescatar vidas, aunque esto último les da más satisfacciones a los elementos de la Policía Estatal, quienes participaron en el rescate de 11 personas con vida la tarde del lunes en el municipio de Ciudad Valles.
María del Carmen Hernández Ramos, encargada de la guardia de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, corrió a toda velocidad hacia el Libramiento Poniente tras ser informada por personal de la Secretaría de Salud (testigo del accidente) que una familia estaba en peligro y necesitaba ayuda.
No lo pensó. Se olvidó de su arma y avanzó hasta llegar al puente Río Valles 1, descendió para ayudar a salvar a Luis, de 8 años de edad.
Los agentes Héctor Martínez Hernández y Ramón Hernández Antonio, también estaban en la caseta de la entrada a la Policía Estatal; se subieron a la unidad del Sector Salud, cuyo conductor aceleró para llegar al río.
Hernández Ramos y sus dos compañeros llegaron casi al mismo tiempo y fueron los primeros en observar la magnitud de la tragedia. Ella aprovechó para pedir apoyo y dos ambulancias vía frecuencia, para rescatar a la familia.
Ramón Hernández Antonio, relató que se quitó el rifle que llevaba terciado y sólo alcanzó a despojarse de la fornitura y de las botas, se lanzó al agua con todo y uniforme para ayudar a Alberto a sacar a una niña que ya había muerto.
Luisito, de 8 años de edad, estaba inconsciente, dijo Carmen, quien no dudó en darle los primeros auxilios para volverlo en sí; explicó que perdió la noción del tiempo, no supo cuánto estuvo presionando el pecho del menor y a la vez rezando a Dios porque volviera a respirar.
“Fue un alivio escucharlo toser y ver que devolvía los alimentos”, mencionó Carmen, quien sólo cuenta con las nociones de primeros auxilios que les brindan en la corporación.
El paramédico y también policía Hipólito Flores Chávez, llegó minutos después con equipo médico para proporcionarle oxigeno al menor.
El agente Héctor Martínez Hernández, consideró que a pesar de la desgracia, ellos pudieron llegar a tiempo; estaban en el sitio y a la hora correcta para poder actuar y ayudar.
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