El control de Morena en el Congreso se refuerza con la transferencia de 21 legisladores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT), lo que le concede al partido oficialista una influencia casi total en la Cámara de Diputados.
El movimiento se produjo justo después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolviera las disputas sobre la asignación de escaños plurinominales, confirmando la supermayoría de Morena. Con estos nuevos acuerdos, la bancada morenista, que ya contaba con una mayoría calificada para modificar la Constitución, ahora dispone de 257 curules en total, superando ampliamente la mitad más uno de los 500 diputados.
Este control absoluto permite a Morena presidir la Junta de Coordinación Política (Jucopo) durante toda la Legislatura de tres años, consolidando aún más su poder y dejando a la oposición en una posición aún más débil.
Por su parte, el PVEM, que históricamente ha cambiado de alianzas políticas para obtener beneficios, ha negociado su apoyo a cambio del respaldo de Morena a su agenda legislativa. Como resultado, el PVEM ha perdido su estatus como segunda fuerza política en el Congreso, pasando a ser percibido como un partido completamente alineado con Morena.