La Unión Europea ha anunciado una serie de medidas de represalia contra productos de Estados Unidos, imponiendo nuevos aranceles a bienes industriales y agrícolas, tras la decisión del gobierno de Donald Trump de aumentar los aranceles a todas las importaciones de acero y aluminio al 25%. Esta acción, que afecta a productos como motocicletas, bourbon, manteca de maní y jeans, es una respuesta a las tensas relaciones comerciales entre ambos bloques.
Los nuevos aranceles de la UE, que afectarán a productos por un valor aproximado de 28 mil millones de dólares, están dirigidos principalmente a estados controlados por los republicanos, como Luisiana, Kansas, Nebraska y Virginia. El objetivo de estas medidas es presionar a EE. UU. mientras se minimizan los efectos negativos sobre la economía europea.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó que Europa está dispuesta a negociar, pero destacó que los aranceles son perjudiciales tanto para las empresas como para los consumidores. Añadió que estas medidas provocarán un aumento en los precios, afectando tanto a Europa como a Estados Unidos, y alterarán las cadenas de suministro.
Por su parte, la Cámara de Comercio de EE. UU. en la UE instó a ambos lados a reducir las tensiones y encontrar una solución negociada, argumentando que los aranceles solo perjudicarán el empleo y la seguridad económica.
El conflicto comercial entre la UE y EE. UU. no es nuevo. Durante el primer mandato de Trump, se impusieron aranceles similares, lo que ya había generado represalias europeas. En esta ocasión, la UE implementará medidas en dos fases: el 1 de abril reintroducirá “medidas de reequilibrio” y, el 13 de abril, impondrá aranceles adicionales a productos estadounidenses.
El sector del acero europeo también se ve afectado, con la posibilidad de perder hasta 3.7 millones de toneladas en exportaciones hacia Estados Unidos. A pesar de estos desafíos, la UE sigue apostando por una solución negociada para evitar mayores daños en su comercio con el país norteamericano.