“La violación ha tenido el objetivo de recordar a las mujeres su posición de sumisión”
EDOARDO ALBINATI. Escritor italiano.
¿Qué puede pasar por la cabeza de un agresor sexual?
Según la académica de la Facultad de Psicología de la U.N.A.M. Ana Celia Chapa Romero: “Cuando se piensa en un violador, uno se imagina a un individuo anómalo y psicópata, sin embargo son personas dentro de la sociedad”.
El escándalo del proceso que hoy se vive contra el nieto del ex Gobernador Marcelo de los Santos Fraga por abuso sexual cuya víctima es una joven potosina y que ocurrió en una boda en Acapulco hace apenas un año es un caso que se debe reconsiderar desde la lupa de la descomposición social dentro de la alta sociedad potosina, de la insalubre acumulación de poder político y económico y de las “personalidades” que victimizan al agresor como un “chivo expiatorio” de sus protectores y sus circunstancias.
De acuerdo a diversos estudios consultados por Antena San Luis, no hay informes clínicos concluyentes que determinen el perfil del violador, incluso hay ausencia de condiciones para acercarse al hecho de que no hay trastornos de personalidad o psicosis significativa en esta clase de personas. Lo común es que sean consumidores de sustancias adictivas, padezcan baja auto estima o que carezcan de control de sus impulsos.
En el caso del nieto del Contador De Los Santos, su carga de factores socio culturales y personales podrían dar luz a una historia de vida que por sí misma se convierte en un detonante de un temperamento, que según las denuncias fue trágicamente repetitiva.
Una de las víctimas que ha tenido que decidir dejar de vivir en San Luis Potosí publicó esta semana en su perfil de Facebook más de 20 razones para mantener una lucha https://is.gd/wYbCen.
En primera voz, esta víctima de abuso físico, psicológico y como denota en su texto, damnificada por el torbellino de poder, establece las condiciones en las que ha tenido que gestionar su calvario. Hoy el abuso de ése poder y el intento de acallar su caso son el ejemplo más crudo de cuánto hemos tolerado la putrefacción de la sociedad potosina desde su cúpula; estableciendo cuotas que rebasan el poder económico y político y que se inscriben más bien en un manejo de mezquindad institucionalizada en el que el proteger a “los de mi cuadrilla”, me hace sentir el poder (estúpidamente) que sí ejercen los que cometen cualquier tropelía sin límite.
Hoy en el Radar hacemos 3 preguntas indispensables a los que pagan por salir en la portada de las revistas, los reyes del status o los acomodaticios del wannabe se deberían de hacer sí o sí.
¿Creen firmemente que guardar silencio y no pronunciarse con valentía sobre uno de estos casos de alto impacto social en la cúpula como lo fueron el del funcionario público abusador de niños o este les exime de que pudieran ser víctimas, ustedes o sus mujeres, hermanas, madres o hijas o hijos?
¿Creen que el “sometimiento” a los mandones de la sociedad y el dinero es un ejemplo digno para sus hijos y que el capelo de los nombres rimbombantes evitará que su silencio se juzgue de otra manera que como una simple y burda complicidad criminal?
¿Creen que la triple moral con la que se revictimiza sin pudor a uno de los mártires del abuso de poder, atendiendo a chismes y “versiones oficiales” no es un factor absurdamente rebasado por la realidad? ¿En verdad creen que el “lamehuevismo” sistematizado es un bálsamo que cancela la realidad contundente?
El poder político y económico se ejerce, pero el social no solo se practica, se impone y al hacerlo calcina la dignidad, derrumba la honra, pulveriza la decencia y de eso, no hay ex Gobernador, o magnate que los salve.