En medio del caos ocasionado por los terremotos que devastaron a varias ciudades de Turquía y Siria, que ya ha dejado 22 mil 300 muertos en ambos países, los ladrones han querido aprovechar el pánico y la desolación para robar las pertenencias y reliquias de quienes lo perdieron todo. Pero a muchos no les ha salido como esperaba y no sólo han sido detenidos, sino golpeados por los propios residentes para evitar los saqueos.
Los robos se han estado concentrando en la ciudades de Hatay y Karamanaras, ciudades epicentros del terremoto. Desde saquear camiones cargados con ayuda humanitaria, hasta robaron pertenencias entre los escombros, los ladrones además de ser detenidos, también han sido golpeados y exhibidos en redes sociales, acusándolos de “Inhumanos”, “traidores”, y sin fin de insultos. No sólo la policía ha tomado cartas en el asunto, también los ciudadanos que realizan “linchamientos” contra los saqueadores en medio de la tragedia.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha dicho que “algunos ignorantes” están cometiendo robos en medio del estado de emergencia, pero que son casos aislados. El Ministro de Justicia, Bekir Bozdağ, destacó que ya se iniciaron las medidas necesarias para atender los incidentes de saqueos y robo, tanto de materiales de ayuda como objetos de valor sustraídos de los escombros.
“Están robando mercados. Atacan los lugares de trabajo. Con el estado de emergencia, el Estado ha asumido las facultades al respecto y en el próximo período se aplicarán las sanciones necesarias cuando se detenga a quienes cometen estos abusos”, dijo el mandatario en declaraciones a la prensa local.
Por su parte, el Ministro del Interior. Süleyman Soylu, afirmó que se han detectado “uno o dos incidentes aislados, aparte de eso, no hay tal cosa en Turquía. Sin embargo, para magnificar todo esto y revelar una sensación de ingobernabilidad, es un error importante que se puede cometer en contra de nuestros ciudadanos”.
Los ciudadanos expresan su enfado contra la tardía reacción del gobierno en turno, no sólo en la cuestión de la inseguridad, sino también en el envío de rescatistas y ayuda humanitaria. El propio Erdogan reconoció “deficiencias”, en que los residentes afirman que han sido “abandonados a su suerte y que no hay elementos de seguridad para el resguardo de la población afectada.
“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó el mandatario durante una visita a Adiyaman.
Excelsior
