Las alergias más raras

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El diccionario de la RAE define la alergia como el “conjunto de fenómenos de carácter respiratorio, nervioso o eruptivo, producidos por la absorción de ciertas sustancias que dan al organismo una sensibilidad especial ante una nueva acción de tales sustancias aun en cantidades mínimas”. En una segunda exepción recoge que puede suponer la “sensibilidad extremada y contraria respecto a ciertos temas, personas o cosas”. En función de los síntomas que producen, estas afecciones se clasifican en respiratorias, de piel o de ojos. Por otra parte, en función de los alérgenos que las desencadenan se dividen en a los alimentos, animales, anisakis, humedad, insectos, látex, medicamentos, polen o polvo. Además, existen otras tipologías de diagnóstico menos habitual. Estas son algunas de ellas.

Alergia al sol. El simple contacto con la luz solar puede dar lugar a ronchas y quemaduras y otros efectos como mareos, ahogo, cefaleas y síncope. El primer síntoma puede ser la aparición de granos en zonas expuestas habitualmente al sol, como la cara o el escote. En consecuencia, es recomendable exponerse al sol de forma paulatina y con protección de un alto nivel. El remedio pasad por el uso de corticoides tópicos de baja o moderada potencia o antihistamínicos orales. Los casos más graves puede requerir de la administración de dosis bajas de radiación ultravioleta en una cabina médica, unos 30 días antes de exponerse al sol.

Hipersensibilidad al semen. Su diagnóstico es complicado. Afecta al 5 por ciento de ellas de las mujeres como consecuencia de su desarrollo en el cuello de la matriz. La reacción es interna y silenciosa aunque algunas mujeres pueden padecer picores e incluso un posible choque anafiláctico con resultado mortal. Para disminuir la afección es aconsejable la práctica habitual de sexo. (mínimo dos veces por semana). De la misma forma, se puede tratar aplicando semen diluido en la vagina en intervalos de 20 minutos. También se han dado casos de hombres alérgicos a su propio esperma.

Urticaria aquagénica. Sólo la padecen 30 personas en todo el mundo, esto es, una de cada 230 millones de personas. El simple contacto con el agua puede provocar una relevante erupción cutánea, así como ronchas o placas eritematosas y edematosas. Dificulta la higiene personal y también en la alimentación. Para tratarla se aconsejan duchas de menos de un minuto y un tratamiento con antihistmínicos.

Alergia al frío. Aparece ante estímulos fríos como el viento, las bajas temperaturas, el lavado o la inmersión en agua fría. También en el caso de que se establezca contacto con objetos fríos o se consuman de bebidas o alimentos fríos. Las consecuencias son fiebre, malestar general, dolor de articulaciones y habones rojizos en la piel que producen picor.

Alergia al sudor. La aparición de ronchas es uno de los efectos menores. Más allá de este primer síntoma, los componente del sudor pueden causar malestares mayores, que requieren de cuidados médicos constantes..

Alergia al calor. Al contrario de la urticaria frigore, las personas que son intolerantes a las altas temperaturas pueden presentar alucinaciones, sudoración excesiva y ronchas.

Alergia a la presión o dermografismo. Cualquier golpe o presión que se haga sobre la piel genera una acusada hipersensibilidad que se traduce en manchas o urticaria. La vasocontricción puede provocar también una hinchazón exagerada y visible en el cuerpo. Para su diagnóstico se emplea un test consistente en aplicar un peso de 10 kilos sobre los hombros, al mismo tiempo que el paciente anda durante 20 minutos.

Alergia a las hormonas. Los estrógenos y la progesterona son, en la gran mayoría de los casos, los causantes de su aparición. Está considerada como una “potencial alergia” y es muy complicada su demostración. En caso de diagnóstico debe de ser controlada con antihistamínicos.

Alergia a la vibración. Ir en coche puede suponer en este caso una alteración en el equilibrio que conlleve maneros y vómitos. Si el diagnóstico es acusado, los daños pueden trasladarse a la columna vertebral y al aparato digestivo. Hay más: las vibraciones transmitidas a manos y brazos provocan problemas vasculares e dolores en huesos, articulaciones y dolores nerviosos o musculares.

Alergia al ejercicio. Producida por la actividad física u otro agente que hace reacción con el movimiento del cuerpo. Influyen la comida ingerida, el alcohol o el clima del lugar donde se practique la actividad. Los síntomas, que se controlan con medicación y administración del ejercicio, son urticaria, dificultad para respirar, cólicos estomacales, migrañas e hinchazón de cara, lengua o manos.

http://www.ideal.es/granada/20130504/mas-actualidad/sociedad/alergias-raras-201305040119.html

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