Viernes al mediodía. Sur de la Ciudad de México. Avenida de los Insurgentes. Un enorme bache en la calle. Tráfico. Y una persona dentro, de túnica blanca, guadaña en mano y calavera en la cara.
Así operan Los Supercívicos, el binomio conformado por Arturo Hernández y Alex Marin y Kall.
Con humor y entretenimiento buscan evidenciar deficiencias en la conducta cívica de los mexicanos y generar conciencia de comunidad en la ciudadanía.
Se suben al Metrobús para denunciar a los hombres que ocupan los vagones exclusivos para mujeres, montados a un camión y armados con un altoparlante buscan que los conductores que están estacionados en doble fila no tranquen el tránsito, o usan su celular para exhibir a quienes usan lugares de discapacitados sin serlo.
BBC Mundo los acompañó a un día de happenings, como ellos denominan a sus acciones, que realizan una vez a la semana.
Luego son divulgadas a través del canal de Los Supercívicos en YouTube, su cuenta en Facebook, y como parte del programa de televisión El Incorrecto.
Día de acción
La acción comienza en sus oficinas en la delegación de Coyoacán, en sur de la capital mexicana.
El plan es salir a exponer cuatro puntos peligrosos para los habitantes de la ciudad y grabar escenas allí.
“La cultura de la denuncia en México es muy triste, es muy pobre”, dice Hernández, de 45 años.
Dos coches funerarios rentados siguen al vehículo a la primera parada del día.
La dinámica implica una breve grabación frente a un enorme bache en una avenida que las autoridades locales no han tapado en más de dos semanas.
Apenas marcado con escombros, palos y cintas, es un peligro para los miles de automovilistas que transitan la vía diariamente.
Hernández se disfraza de la muerte, Marin y Kall —también conocido como “Ese Wey”—, de director de funeraria.
La cámara rueda, unos días después el video estará en la red, será visto por miles de personas. El político responsable de ese bache se avergonzará. Y el bache será tapado, o al menos eso esperan.
Más adelante, se dirigen la Avenida de los Poetas, en la zona de Santa Fe, donde una parada de autobús colocada en un lugar inadecuado resulta peligrosa para los peatones. Una mujer perdió la vida en ese sitio.
Empiezan a filmar allí y a los pocos minutos llega la policía, con la cual tienen un intercambio cordial.
Se van con la esperanza de que luego las autoridades hagan algo al respecto. Al menos visibilizaron el problema.
“El mexicano es reprimido”
Eso es lo que buscan Los Supercívicos.
“Tratamos de mostrar las cosas absurdas que ocurren en Ciudad de Méxicotodos los días y llevarlas a la gente para que entiendan que se pueden hacer las cosas de otra manera”, explica Marin Kall, comediante, locutor y productor de 38 años.
“El común denominador de la mente del mexicano, de gente que es buena y comete muchos errores cívicos, es el ‘nomás tantito’, el verdadero cáncer”, asegura Hernández.
“La colilla del cigarro, ‘es una basurita’. Tapar la rampa para un discapacitado, ‘ay nomás es tantito que me la estoy comiendo’, pararse en doble fila, ‘ay, nomás tantito'”, agrega.
Este productor y conductor, conocido por una generación de latinoamericanos por ser uno de los presentadores de la cadena MTV en los noventa, está embarcado en una cruzada: empoderar a la gente para que use su celular para denunciar.
A él le sale naturalmente, lo usa casi a diario.
Los mexicanos tienen miedo y no alzan la voz, cuestiona Hernández.
“Hay una parte represiva, la gente cree que el mexicano es aguerrido, no es cierto, el mexicano la mayoría de las veces es agachón, es una persona reprimida”.
Los comienzos
Los Supercívicos nacieron diez años atrás, cuando Hernández viajaba con un amigo en coche por Ciudad de México y por una imprudencia de otro vehículo casi sufre un accidente.
Compró un Valiant Duster de 1969 por 4.000 pesos (unos US$260), lo adornó, le puso un periscopio y altoparlantes. Recorría las calles y cuando veía algo inapropiado, exhibía a la gente.
Hizo un piloto que atrajo a TV Azteca aunque a los cuatro meses se terminó porque “les censuraban todo”, ocho años después llegaron al canal MVS pero también los sacaron del aire.
Es que también se meten con políticosy con la política.
Y al día de hoy, también deben evitar intervenciones incómodas para la televisión.
Su último gran éxito, un video en el que se dedican a quitar propaganda electoral de las calles de la ciudad, no salió al aire en El Incorrecto mientras que recibió más de 9 millones de reproducciones en la página en Facebook de Los Supercívicos.
Más allá de la popularidad y el entretenimiento, ambos piensan que poco a poco pueden tener un impacto en la gente.
“Lo que más nos importa es cambiarle ese switch a la gente de que sí, se puede…un esfuerzo de dos personas no van a hacer un cambio, si cada quien quita un letrero…”, apunta Ese Wey.
“Tal vez el cambio es mínimo pero es un cambio”, dice Hernández, “y eso ya es positivo”.
Conscientes de que no pueden resolver problemas, sí buscan dejar un mensaje: se pueden hacer las cosas de una mejor manera.