El Radar
Por Jesús Aguilar
El pasado fin de semana se hizo pública una investigación que sacude los cimientos de las instituciones mexicanas: una red de huachicol fiscal, operada desde aduanas y puertos. Una red que ha dejado ya 14 detenidos, entre quienes destacan los sobrinos políticos del exsecretario de Marina, el almirante Rafael Ojeda.
La trama combina poder militar, corrupción empresarial y el favorecimiento político.
Y hoy también un rastro de sangre digno de película de alto suspenso…
El buque que no llegó anunciado y detuvo todo
La FGR dio el golpe tras el hallazgo de un buque con diésel no declarado que arribó desde Texas hacia Tamaulipas. El decomiso desencadenó una serie de cateos en puertos mexicanos, revelando una red de corrupción que involucraba a altos mandos de la Marina.
Entre los capturados, sobresale el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino político del exsecretario Rafael Ojeda. Considerado en su momento como posible sucesor de su tío, ostentaba uno de los puestos más altos dentro de la Secretaría de Marina. También hay detenidos seis marinos más y varios civiles involucrados en la trama.
Sobornos, muertes y confesiones encajonadas
El expediente advierte que el Capitán de Corbeta retirado Miguel Ángel Solano Ruiz, alias “Capitán Sol”, fue un nexo clave: reclutaba marinos, coordinaba pagos y facilitaba la operación del contrabando. Testimonios lo acusan también de ser “el rey del fentanilo”, lo que lo vincula con el narcotráfico.
El caso también tiene víctimas dramáticas: el capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez, responsable de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, fue hallado muerto, en lo que las primeras versiones indican fue un suicidio tras recibir sobornos por permitir la descarga del huachi-buque apenas ayer por la tarde.
Además, el exdirector de la Aduana de Tampico, quien se declaró testigo protegido, entregó 29.5 millones de pesos en efectivo como sobornos por permitir la descarga de 14 buques entre abril de 2024 y enero de 2025.
Otro detenido relevante es el exjuez federal Anuar González Hemadi, destituido por el caso de “Los Porkys”, quien está vinculado a la empresa Mefra Fletes, presuntamente usada para el traslado del combustible ilegal entre puertos.

El brazo potosino del escándalo
Desde San Luis Potosí, brota el caso del empresario huasteco Gerardo Sánchez Zumaya, cuyo nombre ha sido parte de denuncias previas por supuesto uso de factureras para recibir contratos millonarios de Pemex, pese a irregularidades en su empresa.
Junto con él está Héctor Portales Ávila, cuñado del alcalde panista de Ébano, José Guadalupe Ordaz Cruz, quien también fue detenido por su presunto papel en la red que introdujo millones de litros de gasolina sin pagar impuestos.
En 2024, empresarios potosinos —entre ellos Coparmex local— exigieron que la FGR actuara con rapidez en el caso de Sánchez Zumaya, señalando que los contratos a su favor representaban un golpe a la transparencia y generaban desconfianza en el sector privado.
Conexiones políticas que huelen a impunidad
El entramado no solo revela corrupción, sino cómo el poder político y empresarial se entrelazan. Sánchez Zumaya —perteneciente a la élite huasteca— ha sido relacionado políticamente con figuras de Morena como Adán Augusto López Hernández. Esta cercanía política siembra dudas sobre si su vinculación con el huachicol fiscal vino de un contexto más allá del ámbito económico. Aunque no hay pruebas directas en medios aún, fuentes locales ponen en evidencia cierta tolerancia o beneficio implícito por su relación con el poder. Las versiones de que los nuevos multimillonarios de México son parte del clan de los hijos de AMLO y que pasa por Tanquián son cada vez más fuertes…
Lo que emerge es un sistema de complicidades difíciles de desmantelar: aduanas cooptadas, magistrados enredados, empresarios protegidos y acciones violentas como suicidios o asesinatos para sellar pactos. En este escenario, la vigilancia ciudadana y el seguimiento periodístico son los escudos más frágiles, pero imprescindibles.
¿Cuántos personajes conocidos, la nueva élite de criminales de cuello blanco tiene manchas de huachicol y hasta de sangre deambulan por comederos y bares de esta misma ciudad, se enfundan camisetas de partidos y creen que nada nunca les pasará?