El Radar
Por Jesús Aguilar
Después de la máxima oscuridad viene el amanecer rezan los clásicos, pero hoy la confirmación de la aprobación de la Reforma Judicial de AMLO y sus compinches nos implica una reflexión diferente, desde los ángulos más sensibles de una sociedad que trístemente despertó tarde pero despertó y los amaneceres pardos prevén plenitud del sol.
¿Qué significa este golpazo?
¿Cómo debemos sentirnos como mexicanos libres para encarar esto?
¿Cómo le explicamos a nuestros hijos lo que está pasando? ¿Cómo entender y qué postura asumir para lo que va a venir?
Es complicado, pero necesario acudir a la mesura y encontrar nuevos retos como ciudadanos y como sociedad.
Las lecciones están ahí, asumir con suficiencia que podemos aterrizarlas en los próximos años es muy importante.
- Perdimos el tiempo en campañas de candidatos y candidatas sin fondo cuando el punto era definirnos a favor o en contra de un régimen totalitario, se llame como se llame.
- Perdimos la oportunidad de hacer solo dos frentes, el que quiere dominar bajo el disfraz de la 4T y sus impresentables aliados o el de todos los demás que pensamos que las cosas deben suceder de otra manera en la vida del país.
- Que los jóvenes no cuentan, porque solo los aniquilamos con mercadotecnia política estúpida y facilona como lo intentó MC con éxito, o que no iban a despertar e incidir. Hoy lo hacen y eso nos da aire para pensar que serán absolutamente importantes en la redefinición del congreso federal en 3 años.
- Que ése despertar en los jóvenes del país, y en una gran porción de la población que no participaba con conciencia en la errónea idea de que AMLO era el viejo bueno que por fin les haría justicia es un detonante de un cambio en todas las tendencias electorales que vienen.
- Que en la inevitable ya elección de juzgadores en el país, los ciudadanos libres, en resistencia y rebeldía debemos participar de forma diferente y forzar a los mezquinos que nos querrán imponer a sus compadres, amigos, familia o compromisos.
- Establecimos una esperanza en Morena que sin AMLO no es viable, ni sin él irremediable en términos del efecto nocivo para el país que se está viviendo hoy.
- Que puedes ganar una elección con un aplastante 60% de la votación y en 3 meses despepitarla en un repudio generalizado, en un clamor popular que está exigiendo frenar el abuso del poder absoluto y que Claudia Sheinbaum y los legisladores federales deben tomar en cuenta.
- Que es tiempo de la ciudadanía real, que el PAN, PRI y MC no nos representan porque han demostrado que no fueron capaces de contener lo que habíamos visto que iba a venir.
- Que cualquier político, cualquiera, esencialmente es un ambicioso de poder, narcisista y traidor en esencia, porque para avanzar en este país lo trístemente necesario es tener la condición de hacer lo que se tenga que hacer para acceder al poder.
- Qué ahogado el niño no podemos más que ampliar la reflexión sobre la larga cadena de culpables ante el momento que vivimos, el “frente opositor” que encabezó Xóchitl Gálvez y los tres partidos en nominar a personajes como Aracely Saucedo, José Sabino y Miguel Ángel Yunes Márquez o los “combatientes” de la vieja política MC, que postularon a Daniel Barreda en una condición “vulnerable” con un padre con procesos judiciales por cumplir, el Adán Augusto que sigue la línea “familiar” sin remordimientos, el Gerardo Fernández Noroña convertido en moderador cuando fue en su carrera política el más reaccionario y rebelde, ver a Luis Donaldo Colosio Riojas ser agredido a gasolinazos cuando pudo haber sido el candidato presidencial que hiciera la diferencia, el corrupto y traficante de influencias y posiciones Marko Cortés como voz defensora de la “resistencia”, o a Ricardo Anaya que perdió estrepitosamente la elección del 2018 con AMLO y que tuvo que huir del país por procesos penales sólidos en su contra como el escudo de la nación, o Alito Moreno que se apoderó del PRI e impuso muchísimos candidatos de poca monta que no tuvieron buen efecto en la elección con tal de apoderarse de su partido…
- Que no podemos evadir finalmente la corresponsabilidad que como mexicanas y mexicanos tenemos al entender que lo que hicimos no fue suficiente y lo que dejamos de hacer fue suficiente para que nos pasaran por encima.
Hoy nos queda cerrar filas con la intención de hacer preservar el país desde cada una de las trincheras que defendemos, hagámoslo con la conciencia del cambio que ya empezó y que frenará el abuso, la felonía, la siimulación y el ejercicio del poder sin límites que se gestó desde la fantasiosa cuarta transformación.
Hoy nos queda participar en los procesos que vienen con alma, vida y corazón, en priorizar que todos los espacios que dejamos de usar para hacer patria se los endosarán en otra maldita sobrerepresentación los que hoy salieron peores que los que juraron en combatir, hagamos la diferencia.