LO MÁS IMPORTANTE… DE LO MENOS IMPORTANTE

El deporte, el arte, la cultura y la literatura han formado parte de la humanidad desde siempre y en diferentes manifestaciones. En lo personal, pienso que son escudos y armas de gran potencia para el bienestar y equilibrio de la sociedad, y que previenen riesgos psicosociales a los que nuestra infancia y juventud se enfrentan día a día.

Hoy quiero compartirles algunas reflexiones del deporte, en cualquiera de sus expresiones y disciplinas. Para los que somos apasionados, el verlo, practicarlo, platicarlo y compartirlo no solo forma parte importante de nuestro día; también está probado que es un método de catarsis o salida a emociones que guardamos y sacamos de manera libre y abierta, mejorando incluso nuestra salud emocional.

La psicóloga Ana María Sotomayor de la Universidad de Piura refiere que el deporte en grupo permite robustecer el trabajo en equipo, el manejo y tolerancia de las diferencias, el compañerismo, el acompañamiento en las derrotas y el reconocimiento de logros ajenos; compartir ese vínculo del ‘todos ganamos’ o ‘todos perdemos, pero dimos lo mejor’. Y no solo a la hora de practicarlo. Cuando vemos a nuestros equipos ganar o perder también aprendemos esos valores.

En deportes de alto rendimiento y competencias, dice, se aprende a manejar la frustración frente al fracaso o a un desempeño peor del esperado. Asimismo, continúa: “favoreciendo la determinación de metas y la creación de expectativas progresivas, mucha paciencia y capacidad para la toma de decisiones determinantes”.

Sabiendo de sus grandes beneficios, no podemos negar que también el deporte es un gran negocio; y sí, allá donde se entromete el dinero y el poder se pierde mucho la verdadera esencia, pero es una realidad. Este verano estamos llenos de actividades deportivas: Eurocopa, Copa América, torneos de liga, Grand Slams, automovilismo y demás deportes; pero, sin duda, coronamos esta temporada con los Juegos Olímpicos de París 2024. Cadenas mediáticas de todo el mundo narran estos acontecimientos. Y sus seguidores, fieles a redes sociales, televisión y aún radio, comparten emociones, frustraciones y puntos de vista, mientras nos llenan de una publicidad —en muchas ocasiones nociva— que deja millones de dólares en ganancias. Comerciales que en una gran final, año con año, se convierten en los más caros de la historia por escasos 10 segundos de transmisión, manejando cifras que jamás pensamos escuchar, en donde las compañías de marketing sacan a relucir sus grandes creaciones de manipulación y consumismo.

La importancia de la comunicación en el deporte va más allá de los logros y alcances en esta materia. Hoy quien está frente a un micrófono, cámara o teclado influye directamente en reacciones de fraternidad o violencia de sus audiencias. Y es aquí en donde se deberíahacer énfasis en el verdadero periodismo deportivo: ese que es serio y a la vez entretiene; el que es preparado con datos y análisis, y además invita a diálogos respetuosos; el que comparte amor y pasión, pero va dirigido hacia lo positivo; ese que cada vez vemos menos en los medios.

Estas nuevas “figuras de la comunicación deportiva” que en muchas ocasiones de “figura” solo tienen el nombre porque viven alejados de la realidad y se dedican a confrontar, irritar e incitar a la violencia, aumentando el número de seguidores al mismo tiempo que su gran ego, haciendo un daño tremendo a la verdadera esencia deportiva. Canales televisivos que en su “barra cómica”, dentro de los programas deportivos, presentan a personajes que no trasmiten más que antivalores, consignas alejadas de los verdaderos principios en que se fundamentan cualquier disciplina deportiva.

Con tristeza, podemos recordar eventos negativos que surgen cercanos a estos grandes espectáculos deportivos: peleas y muertes en estadios y alrededores, fanáticos que atacan a deportistas, depresiones y hasta suicidios por resultados o acciones discriminatorias vergonzantes que se alejan del respeto a los derechos humanos. Algunas veces alimentados por esta inconsciencia de poco profesionalismo de la comunicación deportiva. El deporte tendría que estar alejado de esto. Su papel fundamental hoy en nuestra sociedad globalizada, de inteligencia artificial, grandes logros y rompimientos de metas y récords debiera ser el de unión, esfuerzo, fraternidad y convivencia. No hay nada más hermoso que ver a los nuestros practicar alguna disciplina y acompañarlos, y aún más si la vida y el cuerpo nos da para hacerlo con ellos. Esas sobremesas hablando de los deportistas, de sus ejemplos y logros; los debates entre amigos por equipos o preparaciones; las alegrías ligadas al deporte… Esto es lo que hay que fomentar.

Hoy depende de nosotros usar al hermoso deporte como gran protector y herramienta de paz en nuestra vida, lo practiquemos o solo como aficionados. Evitemos seguir a personajes que pensamos que lo denigran, ver transmisiones que carecen del verdadero espíritu deportivo o criticar a nuestros atletas y equipos cuando se están esforzando al máximo. Fomentemos la admiración por la disciplina, entrega y forma de vida que está detrás de quien da su vida por el deporte.

Disfrutamos, pues, de esta hermosa temporada con quienes más quieran: familia y amistades. Y hagamos del deporte una hermosa herramienta de vida. 

P.D. (Por cierto, dejen de criticar que Javier Aguirre y Rafa Márquez vayan a tomar las riendas de nuestra selección de fútbol, que quienes lo hacen ya quisieran una mínima partede los logros obtenidos por este par de mexicanos, los cuales han dejado el nombre de nuestro país en lo más alto) 

Gracias por leerme, por aquí seguimos en contacto.

Marianela Villanueva Ponce

IG Marianelavipo  X@mnelav FB MarianelaVillanueva

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