Lo popular de lo popular

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sonoraEl diseñador que se precie de serlo, siempre debe estar a la búsqueda de la exaltación de los sentidos. Y una de las cosas más divertidas, entretenidas y que ponen en estado de expectación y asombro al amante de los aromas, los sabores, los colores y las formas, son las calles y mercados de una ciudad.

Actualmente, podemos ver una gran profusión de diseño gráfico que utiliza como recurso gráfico el lenguaje popular: luchadores, carteles de lucha, rótulos y rotulistas, letreros hechos al más puro estilo naif y el lenguaje popular y dicharachero, son algunas de las características que el diseñador busca para utilizarlas en el diseño posmoderno. No hay nada más gratificante que salir un sábado en la mañana, subirse a un transporte colectivo –desde ahí comienza la experiencia– y trasladarse al mercado más popular de la ciudad. Puede ser un mercado sobre ruedas o uno que ya tenga años de estar establecido en el mismo lugar.

Al principio, el paseante novel se verá intimidado por la abrumadora cantidad de gente, marchantas, clientes y mecapaleros que invaden los angostos pasillos de un mercado. Sugiero que en primer término, el turista citadino se dé una vuelta por los puestos de frutas y verduras, se fije cómo están acomodados los productos, en qué orden y de qué manera se anuncian los precios entre el montón de naranjas, plátanos o fruta de temporada. Póngase atención en el modo en que el marchante le dirige la palabra, ya que aunque usted sea moreno o de color francamente serio, invariablemente se dirigirán a usted como “güerita”.

El barro y todos sus derivados: cazuelas, cazos, jarritos, jarras, botijas, tarros, juguetes, comales hará las delicias del que los compre, porque además de conservar el agua fresca y con un peculiar sabor, se pueden cocinar en él los platillos típicos de la región sin comparación con el sartén de teflón.

El paseo por la sección de los yerberos es una delicia, porque además de encontrar remedios varios para el cuerpo, puede usted tener acceso a curas para los males del alma y del corazón. Imposible en tan poco espacio es describir esa mezcla de olores, sabores y colores que caracterizan a un mercado mexicano, así que va la recomendación de literatura referente al quehacer popular: Sensacional de Diseño Gráfico, Trilce Editores; “Sí, aquí es. Diseño popular” del arquitecto y diseñador Felipe Covarrubias, editado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de Jalisco; “El otro muralismo. Rótulos comerciales” Revista No. 95 de Artes de México y “Sonora: Magic Market, México City” de Kurt Hollader, editorial RM.

¡Vayan! Se van a divertir.

Irma Carillo

@IrmaCarrilloCh

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