La reforma judicial impulsada por Andrés Manuel López Obrador será una realidad en septiembre, según aseguran los grupos legislativos de Morena y los equipos del actual y próximo Gobierno. Con mayoría calificada en el Congreso y casi dos tercios del Senado, el partido tiene en sus manos una iniciativa que transformará el sistema judicial. En este contexto, los actores principales, como la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y el presidente López Obrador, han comenzado a negociar.
Desde enero de 2023, cuando Piña fue elegida para presidir el Poder Judicial, la relación entre ella y el presidente ha sido tensa. Sin embargo, recientemente los ataques se han moderado. Este lunes, Piña admitió la necesidad de una reforma judicial y pidió diálogo para que no sea perjudicial para los mexicanos. López Obrador celebró estas palabras y abrió un canal de comunicación con la Corte a través de la Secretaría de Gobernación.
La presidenta de la Corte, Norma Piña, mencionó que lleva 17 meses sin comunicación directa con el presidente. Sin embargo, tras la respuesta de López Obrador, expresó su esperanza en un diálogo honesto y abierto para mejorar el sistema de justicia. Piña enfatizó que ahora el diálogo debe ser con todos los grupos parlamentarios para lograr una reforma efectiva.
El núcleo de la reforma y su mayor controversia radica en la elección de jueces y ministros de la Corte mediante voto popular, una idea que según varias fuentes es innegociable. Los ministros de la SCJN han propuesto una implementación escalonada para no afectar a los 1,600 juzgadores actuales y los miles de casos judiciales en curso. El Gobierno ha mostrado disposición para ceder en este punto.
Otro aspecto a debatir es la experiencia requerida para los aspirantes a jueces. La iniciativa plantea cinco años de experiencia, aunque el presidente ha considerado eliminar este requisito para dar oportunidad a recién titulados con entusiasmo por hacer valer la ley.
La elección de jueces mediante voto preocupa a los ministros de la Corte por su impacto en la independencia judicial. Piña advirtió que la persona más capacitada podría no obtener el puesto, siendo reemplazada por la más popular. La logística de la reforma, incluyendo cómo se ejecutarán las elecciones, sigue siendo una gran incógnita.
López Obrador ha indicado que podrían dividirse las elecciones por distrito, aunque su respuesta no resuelve todas las dudas sobre la implementación de la reforma judicial.
