Los Chapitos, hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, tienen como objetivo “inundar Estados Unidos” de fentanilo y llenar sus calles de adictos, asegura una de cinco acusaciones que el gobierno de Estados Unidos tiene en su contra.
“Iván Archivaldo Guzmán Salazar ha declarado a sus asociados que el Cártel de Sinaloa busca inundar Estados Unidos con fentanilo para llenar las calles de drogadictos”, dice la acusación 23CRIM180, inscrita en una Corte de Nueva York.
Agrega que Iván, Jesús Alfredo, Joaquín y Ovidio Guzmán (los Chapitos) tienen el control de operaciones extensas, multifacéticas e internacionales para fabricar fentanilo y distribuirlo en Estados Unidos.
Sostiene que los hijos del Chapo controlan desde la adquisición de precursores químicos en China, hasta el envío de dichos precursores a México, lo cual hacen directamente o a través de terceros países.
Puntualiza que también controlan la fabricación de fentanilo en laboratorios clandestinos en México, la adquisición de armas de grado militar para proteger sus operaciones y, por último, la distribución de fentanilo en la Unión Americana.
Señala que los Chapitos son mayoristas del fentanilo en Estados Unidos, y éste se vende, a menudo, como falsos analgésicos que son recetados, además de que el polvo de fentanilo se mezcla para maximizar la potencia del producto y las ventas.
Asimismo, destaca que, para garantizar la operación de la cadena de producción de fentanilo, los Chapitos tienen un poderoso aparato de seguridad para conquistar territorios y atacar a las fuerzas del orden.
El expediente recuerda que, de agosto de 2021 a agosto de 2022, 107 mil 735 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas, la mayoría por opioides sintéticos, y añade que la DEA incautó, en 2022, suficiente fentanilo para matar a toda la población estadounidense.
En tanto, ayer el gobierno de México reconoció que en el país sí se “manufactura” fentanilo. Luis Cresencio Sandoval, titular de Defensa, informó que en la actual administración se han incautado 37 centros donde hacían pastillas de fentanilo.
El Financiero
