Los costosos errores en redes sociales no dan lecciones a los políticos; especialistas dicen que no las entienden

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Cuando el entonces candidato a la Presidencia de la República Enrique Peña Nieto no supo dar los nombres de tres libros en la Feria del Libro de Guadalajara de 2011, desató una ola de críticas.  La noticia le dio la vuelta al mundo y fue calificado de ignorante y frívolo.

Pero lo que realmente levantó la ira fue la breve intervención de su hija Paulina. Lo defendió con un tuit. Ni siquiera era un mensaje de ella, sino un reenvío.

El “laptus” los persigue hasta la fecha.

Aquella frase de 20 palabras de Paulina llegó para quedarse en la memoria de la campaña y fue una piedra en el zapato en la candidatura presidencial de Peña Nieto, a pesar de que casi inmediatamente padre e hija se disculparon por el mismo medio por un adjetivo clasista: “prole”.

Sin embargo, lo que parecía una fuerte lección para la clase política mexicana, ha sido insuficiente. La exhibición de riquezas, de poder, de frivolidad a través de los nuevos canales de comunicación que seducen a muchos. Pero que pocos están verdaderamente preparados para su uso. Y caen en una trampa que, algunas veces, puede ser mortal.

“Una cantidad importante de políticos no comprende qué son las redes sociales, cómo funcionan y cómo interactuar con los distintos grupos de la sociedad que ahí participan. Cometen errores importantes de alto costo, el cual podría ser relativo si las redes no tuvieran el potencial de escalar a los medios de comunicación masivos”, explicó José Antonio Sosa Plata, consultor en Comunicación Política y Coordinador del Diplomado en Redes Sociales 2.0 en la Universidad Iberoamericana (UIA).

Alrededor de un funcionario público nadie está exento de la atención que la población mantiene a diario sobre estos nuevos formatos: familia, amigos, parientes, cuñados, cuñadas y hasta el perro se vuelven materia de escrutinio público.

En 2012 por ejemplo, Paulina Romero Deschamps evidenció a su padre, el líder petrolero Carlos Romero Deschamps, a través de la red social Facebook, al publicar fotografías de la vida de lujo y derroche que se da la hija de un hombre que gana 23 mil 633 pesos mensuales.

Una parte de la prensa nacional, sobre todo la digital, retomó esta evidencia y dio a conocer a una millonaria joven que viaja alrededor del mundo, se hospeda en los mejores hoteles, come en restaurantes lujosos, viste y calza prendas de marca; todo en compañía de sus perros.

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La hija de Romero Deschamps presumía en Facebook derroche y lujos

“Las redes son amplificadoras de lo insignificante. Una figura pública debe tener más cuidado de lo que difunde; no solamente él, sino también sus familiares porque serán sujetos de crítica de toda la población que tiene acceso a estos sistemas. Todos influyen en la imagen de un funcionario, una de las cosas que ha puesto en revolución a las redes sociales, es la red de relaciones que tiene un político”, dijo Fernando Gutiérrez, director del Departamento de Comunicación del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

El costo de este “descuido” puede poner en peligro desde la credibilidad, la candidatura y puestos públicos como le ocurrió a Lilia Varenka Torrealba Lecuona, quien fungía como directora de Coordinación, Apoyo y Supervisión de la Subsecretaría de Gobierno del Distrito Federal y quien renunció a su cargo luego de que se difundieron fotografías donde aparece posando con armas de grueso calibre que ella compartió con sus amigos en Facebook.

Lilia no se imaginó que aquella sonrisa en la fotografía y su comentario “otra de mis pasiones” donde sostiene un rifle M4 en la oficina de José Armando Rincón Juárez, ex director del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI) de la Procuraduría de Justicia del DF y el “Hoy me valió madres” de otra de las imágenes, le costarían el puesto.

Por si fuera poco, sólo unos días después del escándalo de Torrealba Lecuona, otro funcionario público del Distrito Federal se unió al historial de los “deslices” en redes sociales: Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno capitalino.

El político desató una lluvia de críticas cuando contestó a través de Twitter a una solicitud de apoyo de la actriz Laura Zapata.

El hijo de Zapata acababa de chocar y Mancera se apresuró a resolverle el problema. A través de la red social contestó a la solicitud de ayuda de la actriz y giró instrucciones. Luego Laura Zapata agradeció con un tuit la atención brindada por las autoridades, quienes escoltaron a su vástago hasta casa.

La reacción de la comunidad en redes fue el Trending Topic #ManceraHazmeUnParo, donde se mofó de la actuación del funcionario y criticó severamente el trato preferencial para Zapata.

Una comunidad que parece estar pendiente de cada paso que da un político en las redes sociales, que tiene su explicación en la facilidad de estos medios para masificarse y a la falta de espacios para expresarse que padeció el mexicano por décadas, explican especialistas.

“Cuando un error en una red social se convierte en noticia, entonces se volvió un problema de comunicación masiva”, afirmó el consultor Sosa Plata.

Sin embargo, estos errores no se dan por una subestimación del papel de Twitter o Facebook en la imagen política, sino por el desconocimiento de su uso.

“No se ha entendido que cada tecnología reconfigura el entorno. Las redes sociales impulsan nuevas reglas y protocolos para las personas que son usuarias de estas tecnologías. Para los políticos ha resultado evidente la inexperiencia en los nuevos ambientes con eventos desafortunados que cuestan en términos de reputación e imagen y en el número de electores”, detalló Fernando Gutiérrez del Tecnológico de Monterrey.

Los especialistas dijeron que la imagen de los funcionarios mexicanos en la actualidad está en manos de asesores que trabajan perfectamente con medios tradicionales, pero que desconocen cómo sobrellevar estos nuevos canales.

“No es suficiente acudir a jóvenes que saben de redes sociales para que se vuelvan consultores políticos. Vemos jóvenes muy talentosos que no conocen los códigos de la política y tenemos políticos muy hábiles que desconocen las redes sociales”, dijo Sosa Plata de la UIA.

Según el consultor se requiere cambiar el organigrama de los departamentos de Comunicación Social e integrar métodos, programas de trabajo y estrategias definidas en relación al uso de las nuevas tecnologías.

Fernando Gutiérrez agregó que los nuevos medios generan percepciones sobre una persona, organización, marca o producto. Entonces es necesario el entrenamiento para desenvolverse en el entorno de las redes sociales.

Pero el proceso de adaptación al escenario de Facebook y Twitter no será rápido y llevará años afirmaron los especialistas.

Por lo que hay que tener “paciencia”, consideró Sosa Plata, y esperar una sucesión de eventos desafortunados como los que últimamente se protagonizaron. Exhibición del imperio, la familia y el poder.

Los costosos errores en redes sociales no dan lecciones a los políticos; especialistas dicen que no las entienden

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