Los enterradores

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La otra noche escuche a alguien decir que si cuando éramos niños, como nos llegamos a visualizar en el futuro. Empezaron a decir todos que habían fallado en el cometido, pues se veían como presidentes del país (¡Jajaja! Que estupidez pensé yo) como arquitectos con ferraris, bomberos, astronautas y algún desdichado dijo por ahí que como estrella porno. En fin, digamos que todo mas o menos dentro de lo que un párvulo de 9 años puede imaginar.

Hay grandes musicos que han llevado muy lejos sus personalidades. Stephen Pearcy, vocalista de la banda glam Ratt, tuvo carrera como actor porno, invariablemente en sus canciones se exudaba su otra “profesión”
De las bandas de ese estilo infame, sin duda la de el es de las mejores. Los que mejor tocaban, los que mejor componían. Pero también eran los que sonaban mas genuinos. No tenían que maquillarse como mujerzuelas al estilo de Poison para llamar la atención, no ser tan cómicamente malvados como Mötley Crüe para vender sus disquitos.

Joey Strummer fue enterrador, y hay un mito alrededor de Rod Stewart que lo pone en ese infame oficio. No es muy difícil notar que estas actividades siguieron presentes de un modo u otro en su musica. Vamos, que ser un enterrador en un cementerio no es nada del otro mundo supongo, pero que un “gravedigger” se ponga a hacer musica, pues es algo que resultara muy interesante, o al menos mas que lo que haga un burgués salido de Berkley sin conocer nada del mundo, excepto como le dijeron que se deben distribuir las notas musicales.

Nick Cave, ese celebre e hiperactivo australiano tiene un trabajo peor que ser enterrador. Es burócrata en el gobierno de su país, algo literalmente muy kafkiano. Esta chifladisimo este.

Charles Bukowski fue cartero, y eso le valió para pagarse sus cervezas, ponerle gasolina a su ruinoso volkswagen y escribir como lo hizo. El mismo Henry Miller, contó a lo largo de Sexus, Plexus y Nexus su experiencia como mandadero de una compañía telegráfica en Nueva York.

Acerca de mis visiones infantiles de mi futuro, me alegre, y me preocupe un poco. Me alegre porque de niño me veía mas o menos como estoy ahora. Según yo, me veía a mi mismo totalmente subversivo. Si acaso un pirata, un forajido o un ladrón de diamantes pudiese encajar en el termino.
No me hacia como músico, pues a esa edad todavía no descubría a Jimi Hendrix. Pero había visto “El bueno, el malo y el feo” de Sergio Leone en la VCR de un tío, además que me había leído treinta kilos de libritos acerca de piratas, indios y vaqueros ademas de historias sobre espías soviéticos que me hacían dar vueltas y vueltas.
Me preocupe por aquello de tener cuidado con lo que se desea pues se puede volver realidad, y después las consecuencias. Aunque -bendito sea dios- nunca quise ser cajero de un banco o un estúpido policía.

Mi punto es que la música con fuerza no puede venir de un vacío. No se crea en el vacío. Debe ser el resultado de experiencias personales, y parece ser que entre mas trágicas, complicadas o desdichadas, la música es mas fuerte y profunda.
Finalmente no se necesita ser un enterrador, o un basurero para hacer arte. pero si tenemos empatía por los desheredados, podemos llevar lo que ven sus ojos y tejer con eso. Y así se podrá hacer música genuina y honorable.

Fernando Charó.
Twitter: @fernandocharo

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