Los límites del Pacto

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A veces es difícil hacer coincidir los intereses de un partido con los de un país, pero, al final, los priistas o los gobernadores o quienes no lleguen a ser gobernadores por el sacrificio político que el presidente tenga que hacer, nunca se lo perdonarán. Los demás seguimos viendo el espectáculo ¿qué ganará al final: la elección cercana o la reforma mediana?

 

En China, en Japón, en todos los países que ha visitado, Peña Nieto sólo ha hablado de las reformas que van consiguiéndose gracias al Pacto por México.

Es una versión de los Pactos de la Moncloa, solo que afecta a la concepción del mundo moderno y antiguo en la administración de los asuntos que los países necesitan para ser gobernados en el siglo 21.

Las preguntas vienen después porque, como dijo Bismarck, “el político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación”.

¿Qué pasará cuando haya que decidir entre cómo les va a los panistas en Baja California y las reformas? ¿Le importará tanto a Peña Nieto como a Castro Trenti quién sea el gobernador? ¿Qué pasará cuando haya que tener un éxito contundente frente a la oposición en algunos de los Estados más importantes del país?

Desde Carlos Salinas de Gortari sabemos que hacer política de Estado exige grandes sacrificios y la concertacesión es un invento de aquellos tiempos, pero hoy, tal como van las cosas –con un PRI sosegado y tranquilizado, con unos gobernadores aparentemente felices y en luna de miel con el Gobierno federal–, hay que ir descontando.

Las primeras elecciones, las municipales, ¿serán un éxito aplastante o parcial? Para las segundas, las intermedias, quedan dos años, pero así como algunos piensan que el Pacto por México durará hasta la reforma energética, otros consideran que la madera que hará arder el Pacto procede de los intereses de las elecciones que vienen.

A veces es difícil hacer coincidir los intereses de un partido con los de un país, pero, al final, los priistas o los gobernadores o quienes no lleguen a ser gobernadores por el sacrificio político que el presidente tenga que hacer, nunca se lo perdonarán. Los demás seguimos viendo el espectáculo ¿qué ganará al final: la elección cercana o la reforma mediana?

Interesante la disyuntiva de un Xi Jinping, presidente chino, que debe decidir entre mandar tropas más allá del paralelo 38 para evitar una salvajada colectiva de Corea del Norte sobre Corea del Sur o limitarse a esperar que este muchacho, también, solo amenace en vano.

El 11 de septiembre demostró que todo puede pasar. Es bueno que el mundo, que cree que Corea del Norte siempre amenaza pero nunca dispara, empiece a considerar: ¿Qué pasa si lo hace y el misil llega?

 

http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/los-limites-del-pacto

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