“No es tan divertido estar promocionando la película sin los actores”, confiesa el productor Jason Blum en el marco del estreno de “El exorcista: Creyentes”.
Tiene razón. La huelga del sindicato de actores de EU (SAG-AFTRA por sus siglas en inglés) es uno de los demonios con los que se ha enfrentado la promoción de esta cinta, basada en el gran clásico de la historia del cine.
El talento que aparece a cuadro no puede hablar, y no es cualquiera. La historia trae de vuelta un rostro emblemático: el de la actriz Ellen Burstyn, quien interpretó en la cinta original a Chris MacNeil, una madre de familia, que ve cómo su hija Regan (interpretada por Linda Blair) fue poseída por el demonio llamado Pazuzu.
“Definitivamente extrañamos a los actores también, pero esperamos que la huelga termine pronto y que para la próxima película estemos todos haciendo esto (las entrevistas) juntos”, añade Blum, CEO de Blumhouse Productions.
Burstyn fue la madre que angustió al mundo hace 50 años, en 1973, cuando las salas se llenaron de gritos al ver esta historia basada en un supuesto exorcismo ocurrido en 1949, revolucionando el terror e iniciando una franquicia que hoy suma seis películas e inspira a muchas producciones más.
Además de la huelga de actores, la producción ha tenido que enfrentar otro demonio, que en realidad es para muchos un ángel, rumbo al estreno: Taylor Swift.
El filme se estrena una semana antes de la fecha planeada en un inicio, que era el 13 de octubre, esto para no enfrentarse en la taquilla con el documental The Eras Tour, sobre la gira de la cantante pop estadounidense.
“Queríamos dejarle el camino libre para su película, pero también estamos cerrando nuestra película emocionados por seguir adelante y no puedo esperar para que la vea la audiencia”, reconoce el director del filme, David Gordon Green.
Renuevan la franquicia
Pese a todas las contrariedades, para “El exorcista: creyentes”, que puede verse en salas de cine mexicanas desde hoy, Gordon Green buscó honrar el legado de William Friedkin (quien dirigió la cinta de 1973 con un guión de William Peter Blatty), explorando temas que, asegura, ya estaban en el tintero.
“Para nosotros fue tratar de abrir algunos que ellos comenzaron a explorar en esa película, como la posesión, y traer múltiples perspectivas religiosas y también enmarcarlo en una posesión sincronizada con una entidad habitando a dos chicas”, detalla.
“Lo que hizo esa película (la de 1973) fue pasar la prueba del tiempo al hacer algo que no se sentía barato o fácil, se sentía auténtico, como si estuvieras caminando hacia un documental sobre posesiones demoníacas”.
La nueva historia sigue a Victor Fielding, un padre de familia viudo (interpretado por Leslie Odom Jr.) cuya hija Angela (Lidya Jewett) se extravió en un bosque junto con una amiga; ambas jóvenes aparecen tres días después sin saber qué sucedió, sin embargo, comienzan a ocurrir hechos paranormales que dejan ver que fueron poseídas por un demonio.
El director dice que la idea central fue la de constituir una narrativa que rindiera homenaje a la cinta original, pero que también poseyera un ritmo que “ponga nerviosos a los nuevos y viejos espectadores del filme clásico”.
“Creo que pudimos usar las películas de terror para contar historias sobre la paternidad, los adolescentes y la comunidad; si hacemos bien nuestro trabajo y traemos todos los elementos del género juntos, entonces hay una riqueza en el proyecto de la que estoy realmente orgulloso”, comenta.
Gordon Green asegura que quiso que esta historia fuera más allá del tema religioso, enfocándose además en el escepticismo (representado con el personaje de Leslie Odom Jr.) y lo demoníaco, para así unir diferentes formas de ver la espiritualidad y la religión, y abrir conversación entre la espiritualidad y la negatividad.
“No se trata de creyentes y no creyentes, estamos también tratando con psicología y perspectivas médicas”, detalla.
El filme enfrenta además un demonio más que puede ser demoledor: el de la crítica.
El sitio Rotten Tomatoes, por ejemplo, le da una calificación de 23 de 100 posibles, algo que suele ocurrir en los proyectos que retoman franquicias.
El Universal