Los peligros ocultos de llevar tu celular al baño, según la ciencia

Llevar el celular al baño puede parecer inofensivo, pero diversos estudios aseguran que es una práctica peligrosa tanto para la salud física como mental. Investigaciones recientes han encontrado que permanecer mucho tiempo sentado en el inodoro, revisando redes o mensajes, puede causar desde hemorroides hasta problemas más serios como desgarros o prolapsos.

El profesor de anatomía Adam Taylor, en un artículo para The Conversation, advierte que entre más tiempo se pasa “scrolleando”, mayor es la presión que sufre la zona rectal y los músculos del suelo pélvico. Esto puede derivar en fisuras, hernias o incluso prolapsos. En el mismo sentido, el Hospital Universitario de Milton Keynes señala que muchos de los problemas anales y rectales tienen su origen en malos hábitos intestinales, por lo que son completamente prevenibles.

A esto se suma una investigación publicada en la revista PLOS One, que descubrió que usar el teléfono en el baño incrementa hasta en un 46% el riesgo de desarrollar hemorroides. El estudio reveló que el 37% de quienes usan su celular en el inodoro permanece más de cinco minutos, mientras que solo el 7% de los que no lo usan supera ese tiempo. Los expertos explican que sentarse tanto tiempo sin apoyo para el suelo pélvico aumenta la presión en las almohadillas hemorroidales, lo que puede causar inflamación y malestar.

Aunque los investigadores admiten que el estudio tiene limitaciones, recomiendan no pasar más de cinco minutos en el baño. De hecho, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido sugiere que el tiempo ideal es de entre dos y tres minutos por visita.

Pero las consecuencias no terminan ahí. Más allá del esfuerzo físico, el uso excesivo del celular, incluso en lugares como el baño, puede afectar el bienestar emocional. Según el European Journal of Medical Research, pasar demasiado tiempo frente a la pantalla puede generar adicción conductual, angustia y deterioro funcional, además de provocar molestias físicas en los pulgares, manos y tendones por los movimientos repetitivos.

Otro de los riesgos más ignorados es el de las infecciones. Un estudio publicado en la revista Nature en 2022 analizó 26 teléfonos pertenecientes a trabajadores sanitarios y encontró más de 5 mil bacterias, además de hongos y virus, incluyendo algunos de origen fecal. Aunque no todos los microorganismos representan un peligro, varios pueden causar infecciones estomacales, respiratorias, en la piel o el tracto urinario.

Los expertos explican que los teléfonos se contaminan constantemente, pues los tocamos miles de veces al día y rara vez los desinfectamos. En palabras de los investigadores: “se han convertido en una extensión de nuestra mano”. Por eso, recomiendan limpiar el dispositivo con frecuencia usando un paño con alcohol o una toalla desinfectante, al igual que se lavan las manos.

En definitiva, aunque el hábito de revisar el teléfono en el baño parece inofensivo, la evidencia científica demuestra que puede traer más problemas que beneficios. Ya sea por higiene, salud intestinal o bienestar mental, dejar el celular fuera del sanitario es una decisión más sabia de lo que parece.

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