Mariana de Pablos
Algunos habitantes del Barrio de San Miguelito que acudieron a las urnas el día de hoy, señalaron haber votado por obligación y no por convicción, pues afirmaron que algunos de los programas sociales de los que son beneficiarios exigen la comprobación de su participación electoral como requisito para seguir recibiendo estos apoyos.
Para muchos, votar es un deber cívico, un acto democrático, pero para otros más, no es más un trámite forzoso. La señora Lucia, habitante de la zona, cuenta haber cumplido con este requerimiento desde temprano por la mañana, y así “salir rápido del paso”.
“Yo no voté por nadie, mejor rayé toda la hoja. Y es que no es que uno quiera ir (a votar), por eso fui e hice eso. Me dieron cinco hojas y todas las puse así. Dije: pues yo ni conozco a ninguno de estos”.
Para su vecina del barrio, Rocío, salir a votar se ha convertido más bien una necesidad que en un derecho. Sin ir más allá en detalles relacionados a partidos políticos y programas, explica que con la marca que hacen los funcionarios de casilla en la parte posterior de la credencial y que acredita la participación electoral de los ciudadanos, es como las personas que se encargan de entregar los apoyos deciden si estos serán proporcionados o no.
“Pues es que necesita uno de votar porque ya ve que para todo le piden la credencial. Por ejemplo, uno que necesita de apoyos o de alguna cosa pues le piden la credencial y si no está marcada, de que votó, pues no le ayudan”.
Al cuestionarlas sobre qué pasa si deciden no votar, ellas señalan que prefieren no arriesgarse y hacerlo aunque no conozcan a los candidatos ni sus propuestas.
“Nombre si no lo haces luego luego le dicen a uno, ‘¿por qué no votó? ¿estaba enferma o qué?’ No, si esto es obligatorio”.