En la serie ‘Tu basura es mi fortuna’, el fotógrafo Pablo Casacuevas registró los hallazgos de los pepenadores: desde billetes hasta libros y juguetes sexuales.
Según el fotógrafo Pablo Casacuevas, los pepenadores ganan mínimo 300 pesos al día. Lo sabe porque pasó alrededor de dos meses visitando dos basureros tamaulipecos para realizar la serie fotográfica Tu basura es mi fortuna, un trabajo que fue seleccionado en la XV Bienal de Fotografía en México.
Los modelos posan ante la cámara de Casacuevas con sus hallazgos: un billete de 100 pesos, una gallina, muñecos varios, teléfonos inteligentes, cuadros decorativos, juguetes sexuales, libros, todo tipo de zapatos y muchos otros objetos que se revaloran y reutilizan. Pero estos “tesoros”, advierte Casacuevas, son solo una minúscula cantidad entre las montañas de basura.
“Siempre ha habido dinero en la basura”, dice el fotógrafo nacido en la Ciudad de México pero criado y radicado en Ciudad Victoria. Muchos de los pepenadores con los que convivió han realizado este trabajo toda su vida, e incluso es un oficio que heredaron de sus padres o abuelos.
“El trabajo del recogedor es tan numeroso y antiguo, que es toda una especialización separar y avistar”. Se necesita “una sensibilidad de sabueso desarrollada por años, por generaciones”, escribe el fotógrafo en un texto que realizó para acompañar a sus imágenes.
Otros pepenadores llegan a los basureros por la falta de mejores empleos, y otros más van ocasionalmente en busca de desechos específicos: a ver qué ropa encuentran o por desperdicio orgánico para alimentar a sus cerdos. Hay hombres, mujeres, niños y viejos. El olor es penetrante y las condiciones de trabajo, extremas.
“En su mayoría, los basureros urbanos siguen siendo un solo recipiente para todos los desperdicios, materiales y orgánicos. Todo acumulado, revuelto y confundido”, escribe también Casacuevas. La mayoría de los desechos se comprimen y entierran sin distinción, pero cada vez más -añade- se reciclan materiales como el aluminio, el cobre, el plástico, el vidrio, el papel, el cartón y la madera. Según el fotógrafo, el crimen organizado en Tamaulipas está vinculado con la compra de cierto material reciclado.
Esta es la segunda vez que Pablo Casacuevas (1979) participa en la Bienal de Fotografía. La primera vez lo hizo con Talachas con pistola las 24 horas, una serie de ocho retratos de mecánicos en sus vulcanizadoras que ofrecen dicho servicio en la carretera que va de Victoria a México.
Fuente: Milenio.