Luisa María: Entre la congruencia y el cálculo político

El Radar

Por Jesús Aguilar

La dirigente nacional de MORENA cerró con triple candado la entrada principal a las candidaturas del 2027 al nepotismo, a las nepo-esposas, los nepo-babies, las nepo-sisters, y los nepo-mucenos…

Sin embargo abrío todas las ventanas, el plafón principal, las puertas de emergencia y el zaguán a quien entre vestido de Verde o de Rojiamarillo.

¿Entendido? En términos del humorista Chileno Peyo, lo que nos queda es hacer un clásico ¡Plop!

La visita de Luisa María Alcalde a San Luis Potosí no fue una gira más ni un acto protocolario de dirigencia partidista. Fue una señal. 

Una advertencia velada, una reafirmación de principios y, al mismo tiempo, una dosis medida de pragmatismo político. Porque la presidenta nacional de Morena, en un lenguaje calculado pero firme, vino a dejar claro que, rumbo a 2027, las reglas del juego en el movimiento guinda han cambiado… o al menos eso es lo que se quiere proyectar.

El mensaje central de Alcalde fue contundente: no habrá espacio para el nepotismo electoral. La resolución del Consejo Nacional de Morena prohíbe a familiares directos de gobernantes en funciones aparecer en la boleta, sin excepciones. Aunque la reforma constitucional impulsada por el presidente López Obrador en este sentido fue pospuesta hasta 2030, Morena —dijo ella— decidió por “congruencia” adelantarse. Un golpe directo a quienes ya veían en su apellido la puerta de entrada al poder.

Para San Luis Potosí, donde los rumores sobre posibles candidaturas ligadas por la sangre o el compadrazgo al actual grupo gobernante han circulado con fuerza, esta declaración no pasó desapercibida. Más aún cuando el Partido Verde —aliado coyuntural de Morena— ha capitalizado su alianza desde el poder estatal sin disimular aspiraciones de continuidad dinástica.

El mensaje, por tanto, no sólo va hacia adentro de Morena, sino también hacia sus aliados. Y lo hace en un contexto en el que todavía no se define si el partido competirá en solitario o en coalición, algo que no es menor. Porque lo que está en juego no es sólo una fórmula electoral, sino el alma del movimiento: ¿será Morena una herramienta del lopezobradorismo popular, o un vehículo de oportunismo político que se diluye en alianzas pragmáticas?

Alcalde jugó con equilibrio entre ambos polos. Reiteró que la decisión sobre las coaliciones se tomará más adelante, en diálogo con el PVEM y el PT. 

No se cerró a la posibilidad, pero tampoco la celebró. Enfatizó que ni la dirigencia estatal ha solicitado formalmente ir en solitario, ni la decisión depende de ello. Todo lo definirá la Comisión Nacional de Elecciones. 

Así, la presidenta nacional dejó un doble recordatorio: el centralismo sigue vigente, y la línea política la marca el partido, no los apetitos locales.

Sin embargo, la verdadera batalla ya está en marcha. Luisa María Alcalde evitó profundizar en los actos anticipados de campaña que varios actores potosinos protagonizan sin pudor: desde el alcalde de Rioverde, Arnulfo Urbiola, y su esposa, hasta el controvertido José Luis Romero “Tecmol” en Valles. Prefirió escudarse en los “lineamientos internos” y en la autoridad electoral. Pero lo cierto es que la efervescencia electoral ya hierve, y Morena aún no decide si quiere contenerla o subirse a la ola.

La dirigente nacional apeló al “tenis, morral y casa por casa”, una narrativa que remite a las raíces del movimiento, pero que difícilmente se sostiene en un escenario de estructuras, encuestas manipulables, y operadores con historial de clientelismo. Porque si bien se prometió que las candidaturas serán definidas por encuesta, el cómo, el cuándo y quién las controla sigue siendo la verdadera disputa interna.

En ese sentido, la visita de Alcalde a San Luis dejó más preguntas que respuestas. 

¿Hasta dónde llegará Morena en su congruencia? ¿Podrá realmente contener el intento de apropiación del partido por parte de élites políticas locales y regionales? ¿Cómo reaccionará su militancia si se repite la historia de 2021, donde la alianza con el Verde derivó en un gobierno ajeno al ideario original de la Cuarta Transformación?

El proceso electoral de 2027 en San Luis Potosí será, sin duda, una prueba de fuego. No sólo por el reacomodo de fuerzas, sino por lo que representa: un laboratorio de si Morena puede o no sostener su promesa de renovación política frente a las tentaciones del poder heredado.

Luisa María Alcalde vino a marcar la cancha. Falta ver si el árbitro se respeta, si los jugadores acatan las reglas y, sobre todo, si el público —es decir, la ciudadanía— estará dispuesto a seguir creyendo en un proyecto que, entre la congruencia y el cálculo, aún tiene mucho por demostrar.

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