Ambientada entre paisajes escuetos y decadentes, la cinta da cuenta de cómo han pasado 45 años desde la caída del mundo, y ahora no hay leyes, redes eléctricas, agua ni piedad.
Una persecución sin respiro de principio a fin es lo que ofrece la cuarta entrega del director George Miller: MadMax: Furia en el camino, que tras una década de esfuerzos tendrá su estreno mañana con casi mil 500 copias en México.
Ambientada entre paisajes escuetos y decadentes, la cinta da cuenta de cómo han pasado 45 años desde la caída del mundo, y ahora no hay leyes, redes eléctricas, agua ni piedad.
En el largometraje la civilización es un recuerdo y sólo para unos pocos. De hecho, las grandes economías mundiales se han convertido en polvo, las ciudades costeras fueron borradas del mapa, y a raíz de las guerras por el agua y el petróleo, escasea la comida y el aire es veneno.
Lo que queda de la humanidad deambula a través de Wasteland, en tribus salvajes o se aferra a la supervivencia al pie de Citadel, una fortaleza tejida en un sistema de cuevas, donde el agua se extrae del único acuífero que hay en kilómetros a la redonda.
Al controlar los elementos esenciales, Citadel y sus aliados Gas Town y BulletFarm controlan la región de Wasteland.
No obstante, Mad Max, torturado por su pasado, cree que la soledad es la mejor forma de sobrevivir, hasta que conoce a la emperatriz Furiosa, con quien emprende una intensa y peligrosa travesía para sobrevivir, pues el despiadado Immortan Joe los persigue despiadadamente, a fin de que le regresen a sus “esposas”, quienes están cansadas de ser sólo un objeto.
Personificado por Tom Hardy, Max Rockatansky surge como veterano de una guerra del desierto, con habilidades que le permiten sobrevivir solo y habiendo aprendido que el apego únicamente lleva a la tristeza en un mundo hostil.
“Max es alguien que sólo quiere irse a casa, pero su hogar no existe. No hay nada más que silencio, dolor y destrucción. Él vive en un lugar donde no hay humanidad, pero aun así, la anhela. Pero en este mundo, las relaciones cuestan”, detalló Hardy, de acuerdo con las notas de producción difundidas.
Por su parte, Charlize Theron, quien interpreta a la emperadora Furiosa, expuso que su personaje es una mujer alfa como ninguna que ella hubiera visto, en especial en un set de acción.
“Cuando George me dijo que quería crear una mujer ‘Guerrera del Camino’ que pudiera ubicarse junto a este personaje tan icónico como su igual, le creí. Y no me defraudó. El material daba lugar a dos personajes que no se enamoran, ni se hacen amigos, porque aquí no hay lugar para las relaciones”, expuso.
Ambos personajes, Furiosa y Max, han vivido una historia similar, han sufrido grandes pérdidas y también pasaron del dolor a la venganza.
Con Mad Max: Furia en el camino, el director, guionista y productor George Miller da rienda suelta a un mundo que se ha vuelto loco con la fuerza violenta de una Guerra de la Carretera de alto octanaje como solo él puede hacerlo.
Convencido de que las películas de acción son como un tipo de música visual, Miller intenta que Furia en el camino transporte al público de sus asientos hacia un viaje intenso e inquieto, y que en el camino conozcan a los personajes y a los eventos que los llevaron a esta historia. “Una de las ideas que impulsaron tanto a la primera ‘Mad Max’, como a ‘Fury road’, fue la noción de Alfred Hitchcock sobre hacer películas que puedan ser vistas en cualquier lugar del mundo sin subtítulos”, explicó Miller.
Para hacer posible Mad Max: Furia en el camino se requirió del talento de cientos de artistas para diseñar y fabricar un auténtico universo post-apocalíptico, desde la creación de 3,500 storyboards a miles de accesorios y vestuarios.
En una operación logística de escala sin precedentes, la producción monumental llevaría a elenco, equipo y 150 vehículos personalizados hacia los desiertos de Namibia, para recrear una guerra de la carretera real a través de múltiples unidades durante 120 días.
Fuente: Milenio.