María Ruiz
La Escuela Primaria Ramón G. Bonfil, ubicada en la colonia Nuevo Progreso, se encuentra en el centro de una situación alarmante, con maestros y padres de familia reportando agresiones, amenazas y acoso, tanto en persona como a través de redes sociales, por parte de otro grupo de padres.
Este clima de hostilidad del que dijeron desconocen el originen de las molestias, ha afectado el ambiente escolar y comprometido el bienestar de estudiantes y docentes, quienes no pudieron culminar el ciclo escolar como se debe.
Por ello, hicieron un llamado a las autoridades de educación estatal y municipal para que intervengan a favor del bienestar de sus estudiantes y docentes.
Lilia Carolina Heredia Álvarez, directora de la institución, señaló que desde hace varias semanas los maestros han sido víctimas de burlas y agresiones físicas y verbales, dentro y fuera del recinto escolar, por parte de un grupo específico de padres de familia, quienes han insistido en intervenir en los planes de estudio y en el manejo de la escuela sin acceder al diálogo con las autoridades escolares, lo que propició que tomaran y cerraran la escuela.
Los incidentes han llegado al punto de que las y los estudiantes han tenido que presenciar peleas que incluso han escalado a los golpes. Este entorno de intimidación y violencia ha sembrado el miedo entre el alumnado, lo que afectó su capacidad de aprendizaje y su seguridad emocional.
Además, la directora comentó que la escuela se ha convertido en un campo de batalla para los propios intereses de quienes hoy tienen tomada la institución, desinformando y manipulando a la comunidad educativa, por lo que hasta ahora las instalaciones se encuentran cerradas, lo que les impide a la planta docente poder reunirse para elaborar la planificación escolar del siguiente ciclo educativo.
Estos actos de acoso, señalaron algunos de las y los docentes afectados, no solo socavan la autoridad de ellas y ellos como maestros, sino que también crean un ambiente de incertidumbre y desconfianza entre los estudiantes, una situación que ya ha creado descontento en los padres de familia restantes.
“Es desgastante traer a nuestros hijos a la escuela y ver cómo los trabajadores no son respetados ni respaldados por ninguna autoridad”, mencionó un padre de familia.
La falta de intervención de las autoridades educativas ha dejado a los docentes y a los alumnos desprotegidos, exacerbando la situación.
“Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para detener estas acciones de acoso y violencia. No solo por la seguridad y el bienestar de los docentes, sino también por el impacto negativo que estos eventos tienen en los estudiantes”, señaló un docente.
Reiteraron que un ambiente escolar seguro y respetuoso es esencial para el desarrollo académico y emocional de los niños, por ello, la comunidad educativa de la Escuela Primaria Ramón G. Bonfil hizo un llamado urgente a las autoridades correspondientes para que intervengan y restablezcan el orden.
“Solo así se podrá garantizar que los estudiantes reciban la educación de calidad a la que tienen derecho y que los maestros puedan desempeñar su labor sin temor”.
Por último, la directora remarcó que la situación no solo afecta a una escuela, sino que es un reflejo de la necesidad de proteger y valorar el rol fundamental de los educadores en la sociedad.
“La educación es un pilar esencial para el desarrollo de nuestra comunidad, y su integridad debe ser salvaguardada por todos los medios posibles”.