Los compañeros de baile de Davi Lucca no asistieron al evento preescolar, y fue el único que quedó solo. Se entristeció y dejó de bailar, pero su madre no quiso dejarlo así y decidió acompañarlo para que su día no se arruinara. “Dijo que yo era la mejor bailarina”, comentó Tabata Tavares a G1.
El mayor apoyo que un niño puede tener es el de su madre, especialmente en los momentos más difíciles. Cuando son más pequeños se esfuerzan en dar lo mejor de sí en los trabajos escolares porque forman parte de su crecimiento, y para que sus mamás se sientan orgullosas de ellos.
Cosa que también ocurre en las presentaciones del Jardín de Infantes, aunque pueden pasar ciertos imprevistos que causan una decepción y tristeza en ellos, y es ahí cuando el apoyo materno su vuelve fundamental.
En un jardín de Bragança Paulista, São Paulo (Brasil), se realizó la graduación de los preescolares y para celebrarlo, organizaron un baile con coreografía, según G1.
Todos los niños se vistieron para la ocasión, entre ellos Davi Lucca de 5 años en ese entonces, quien practicó cada paso del acto para hacerlo bien aquel día, sin embargo no esperaba que sus compañeros de baile faltarían y él terminaría solo, mientras que el resto tenía parejas.
Davi trató de que ese detalle no le afectara para seguir adelante, pero como se pudo ver en un video publicado en Facebook por el padre del niño, se sintió cada vez más triste hasta detenerse porque las ganas de llorar le invadían. Su madre Tabata Tavares, que veía el acto, no quiso dejarlo así y decidió hacer algo al respecto.
“Yo estaba frente al escenario animándolo para que fuera con sus amigos, para que siguiera bailando, pero hizo un puchero y yo sabía que iba a empezar a llorar. Le pedí a la coordinadora que fuera por él y ella me lo trajo para consolarlo”, contó a mujer a G1.
De este modo, ella subió al escenario para bailar al lado de su pequeño y arreglar la situación.
“No conocía ningún paso. Yo miraba a los niños y los imitaba. Todavía seguía diciendo que tenía que ir más rápido o más lento. Cuando terminó, me dio una sonrisa que valió la pena. No quería que quedara como un mal día para él”, comentó la madre al medio.
La mujer se concentró lo mejor que pudo para hacer los pasos a la perfección y dejar contento a Davi, lo cual funcionó porque se veía más animado al final del registro.
A pesar de que la madre sintió empatía con Davi y fue capaz de subirse al escenario para que no se sintiera solo, su decisión tuvo cierto riesgo por conseguía el efecto contrario. Es probable que a otros niños les habría dado vergüenza que sus mamás hicieran esto, y afortunadamente este no fue el caso. “Él dijo que no. Dijo que yo era la mejor bailarina en el escenario y que era el mejor día de su vida”, dijo Tabata a G1.
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