“Chávez al panteón, al lado de Simón”. La consigna, con el correr de las horas, parece convertirse en una orden de esa marea humana que ayer recorrió media Caracas, desde Artigas y San Martín, donde se levanta el Hospital Militar, hasta Fuerte Tiuna. Allí, en la misma academia en la que un día de 1974 ingresó con el sueño de jugar al beisbol y, de ser posible, hacer carrera como militar. El Fuerte Tiuna, de donde salió en 1992 con aires golpistas, fue el lugar adonde llevaron sus restos para que sus millones de seguidores “no” le digan adiós, porque en el lenguaje del chavismo eso ayer estaba prohibido. “¡Es un hasta siempre, comandante!”, grita un hombre entre lágrimas, y lo repetirían muchos a lo largo de todo el día. Hubo honores militares y “el presidente a cargo”, Nicolás Maduro —con los integrantes del gabinete y con el presidente boliviano Evo Morales, el único de los mandatarios extranjeros que realizó todo el trayecto—, encabezó la larga marcha de una multitud que se dijo agradecida y dolorida. “Chávez es el corazón de Venezuela”, rezaban las publicidades que sobrevivieron de la última campaña electoral, aquella en la que hizo su último sacrificio físico y el último servicio a su tropa. Ahora que el corazón se detuvo, la marea roja volvió a las calles en la procesión menos deseada. “Estamos destruidos, se nos fue nuestro Cristo, nuestro padre. El único presidente que se acordó de nosotros, los pobres. Pero ahora tenemos que seguir porque nosotros, todos, somos Chávez”, se autoconvencíaTeofilo Fleitas, con la mirada del desaparecido líder estampada en su playera “roja, rojita”, cuando la multitud se arremolinaba junto al féretro mientras avanzaban lentamente por la avenida Presidente Medina, sin espacio para las críticas por los desbordes en estos años de revolución. Fue como si todo Caracas se hubiera concentrado en esa marcha y en el cántico más repetido. “Chávez vive, la lucha sigue”. El resto de la ciudad mostraba calles poco transitadas y algunas semidesiertas. “Se nos murió el hombre que nos inculcó el sentimiento de patria… Lo vamos a echar en falta porque, equivocado o no, puso a Venezuela en el mundo”, decía Juan Arce, policía retirado. El cortejo, con todo su dolor, siguió hasta que cayó la tarde e ingresó en el Fuerte Tiuna, donde los restos de Chávez fueron recibidos con honores militares en el salón de honor. Se leyó una semblanza de su vida y se dijo una misa, preámbulo a la apertura de la capilla ardiente. Las primeras columnas de simpatizantes reclamaban el Panteón Nacional para Chávez. Un grupo de diputados chavistas se apuraba a presentar una propuesta para que los restos del fallecido líder descansen junto a los de Simón Bolívar, mientras la tv pública comparaba a ambas figuras. “Bolívar murió en 1830 abandonado por su pueblo; el comandante Chávez tuvo una suerte distinta y murió rodeado por su pueblo”. Mientras se acomodaban los crucifijos y las flores junto al féretro, los primeros en acercarse fueron Maduro, Evo, el uruguayo José Mujica y la presidenta argentina, Cristina Kirchner. Después sería el turno de sus hijos, de sus hermanos y del resto de los hombres del poder, para luego abrir el paso a todos esos hombres, mujeres y niños que durante las siete horas que duró el cortejo pugnaron por tocar el féretro, para darle “ese hasta siempre”. La sensación que reinaba ayer en todo el país era que “Chávez no se va”. Llegó en 1998 para quedarse, como él mismo lo advirtió en innumerables oportunidades. La multitud parecía tenerlo claro: quieren los restos de Chávez junto a los de Bolívar, porque “Chávez somos todos…”.
EPN irá al funeral
El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, viajará hoy a Venezuela para asistir mañana a los funerales deHugo Chávez. La víspera, a través de su cuenta en la red social Twitter, @EPN, el mandatario escribió: “Lamento el fallecimiento del Presidente Hugo Chávez. Mis más sentidas condolencias a su familia y al pueblo venezolano”. (Con información de Francisco Reséndiz). http://www.eluniversal.com.mx/notas/908409.html]]>