Maussan, Cañitas y cómo las pseudociencias han marcado a toda una generación en la cultura popular mexicana

México es un lugar variopinto repleto de creencias, desde las más pueriles, hasta las más sofisticadas.

De hecho, el mexicano promedio cree más en la magia y en la suerte que en la ciencia, de acuerdo al Enpecyt, la encuesta realizada en 2011 por el Conacyt y el Inegi. Por si fuera poco, la mitad de los mexicanos cree que los conocimientos de los investigadores podrían ser peligrosos y optan por soluciones homeopáticas y limpias a la hora de enfrentar una enfermedad.

Al parecer es innegable que el ser mexicano tiene hasta en la médula la cualidad de la curiosidad. Tanto como la credulidad.

Quizás por ello es que somos clientes asiduos de la pseudociencia, con casos de éxito que han marcado generaciones y se han convertido hasta en referentes de la cultura popular.

Los mexicanos amamos los OVNI

Uno de cada cuatro mexicanos creen que las primeras formas de vida en la Tierra llegaron de otros planetas. De hecho, México es junto con Rusia, el país que más cree en alienígenas.

Con este escenario no es difícil explicar el éxito de Maussan. El autoproclamado investigador del fenómeno OVNI está tan vigente como a mediados de los 90, cuando ganó fama debido a su participación en el programa ‘¿Y Usted que Opina?’

Quizás el tan controvertido ufólogo en realidad es un visionario que se percató de las ansías de saber de los mexicanos y decidió hacerse una carrera en torno a ello. Como sea que haya sido, en realidad Maussan está lejos de ser un hombre sin preparación; estudió periodismo en la UNAM, trabajó como reportero en periódicos, radio y televisión, es productor, director de videos comerciales, y los inicios de su carrera están en el periodismo ambiental.

De hecho, Maussan está detrás de reportajes como “La Monarca, reina de las mariposas” que en 1979 fue parte de los esfuerzos para que el Presidente José López Portillo declarara como áreas naturales y protegidas en México los terrenos a donde llega la mariposa monarca. Por este trabajo recibió el premio ONDAS de España.

Pero no es el único; Maussan tiene una decenas de reconocimientos y premios y ha participado en programas sobre OVNI en History Channel, Natgeo, Univision y ha dado conferencias en Inglaterra, Nueva Zelanda, Australia, Japón y muchos países más.

Ahora, además de su popularidad por su programa Tercer Milenio, Jaime Maussan se ha convertido en un innegable icono de la cultura popular en México. Como prueba, ahora protagoniza campañas de marketing relacionadas con lo paranormal, y hasta es cuate de los niños de Stranger Things.

Y nadie hace nada.

El Chupacabras

Que si una leyenda urbana contemporánea, que si un distractor para que gane el PRI, o simplemente un perro con sarna que la gente confundió por una criatura salida del mismísimo infierno, el Chupacabras es un obvio referente para la cultura popular en México.

Pero el mito se remonta terrenos lejos de aquí. La primer persona que reporta haberlo visto lo hizo desde Puerto Rico y lo describió como un animal parecido a un extraterrestre. Poco tardó para que otros pobladores de Madeylen Tolentino en Canóvanas hicieran reportes parecidos en 1995, acumulando más de 200 avistamientos. Luego de atribuirle la muerte repentina de ganado a través de la succión de su sangre mediante perforaciones en el cuello, el monstruo de reciente hallazgo pasó a ser conocido oficialmente como “el Chupacabras“.

Años después Benjamin Radford, del Comité para la Investigación Escéptica, le siguió la pista a los casos con el afán de encontrar al nuevo animal que tantos reportes estaba acumulando en Latinoamérica y al sur de Estados Unidos.

Sus conclusiones fueron desesperanzadoras para los creyentes del Chupacabras: en la mayoría de los casos los avistamientos podrían atribuirséles a animales con sarna, lo que explicaba que la gente describiera a la criatura como un monstruo sin pelo.

Pero la explicación para el primer reporte en Puerto Rico fue más insólita. Radford concluyó que el lugareño basó la imagen del Chupacabras en la criatura de la película Species (1995), que fue estrenada en el momento del avistamiento y por si fuera poco, partes de ella fueron rodadas en Puerto Rico.

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Pero en México casi nadie conoce las peripecias de la investigación de Radford. El Chupacabras se convirtió en el sello de toda una generación que se enfrentó a los resquicios de una administración política nacional poco más que desastrosa. Lo que por mucho tiempo fue el terror de creyentes y no, ahora es recordado como el tema de entretenimiento que funcionó como una oportuna válvula de escape ante las barbaridades coyunturales que se vivían.

El Chupacabras se ha hecho presente en un sinúmero de productos de cultura popular, como enemigo de los Cuatro Fantásticos, en la serie X-Files, y hasta en una película animada de Scobby-Doo!

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Cañitas

Acusado por fraudeposible candidato a diputado en CDMX, y claro, autor del libro Cañitas, Carlos Trejo es el responsable de las pesadillas de muchos niños noventeros.

No es que Cañitas tuviera un argumento mordaz y retador o la mejor narrativa, pues su lista de errores de ortografía y sintáxis no era corta. No obstante, se convirtió en un indudable Best Seller que coló a Carlos Trejo en los contenidos que Otro Rollo nos hizo fletarnos a la semana sobre temas paranormales.

A años de distancia, Cañitas es casi una historia entretenida, pero olvidable. Precisamente para evitar el olvido, Carlos Trejo ha intentado mantenerse actualizado con esfuerzos de entre los que sobresale la película inspirada en el libro que vio la luz en el 2007 y que recibió, para sorpresa de nadie, las peores críticas con una puntuación de usuarios en IMDB de 2.2.

Ah, dato curioso: la película de Cañitas fue hecha con recursos federalesy la pueden ver completa en YouTube.

Las Pseudociencias y cómo es que nos alejan de la ciencia formal

Carl Sagan decía que la pseudociencia es tremendamente satisfactoria, pues nos da la sensación de saber lo que está ocurriendo y hasta llena espacios incertidumbre en donde la ciencia es incapaz. En sus palabras: “La pseudociencia colma necesidades emocionales poderosas que la ciencia suele dejar insatisfechas“.

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Y es que la ciencia no tiene como objetivo otorgar significado; aunque su propósito es conseguir la verdad más objetiva a través de los procesos que nos hemos dado para ello, en la ciencia no hay ni personas autoridades ni respuestas infalibles.

Las pseudociencias son peligrosas no solo porque se hacen pasar por conocimiento científico, sino porque nos alejan de la paciencia y el rigor con el que sí trabaja la ciencia.

Los tres casos comparten rasgos similares: son altamente controvertidos, han sido presentados como casos reales, y aunque no muchas personas piensan en ellos de forma seria, invariablemente forman parte de nuestra cultura popular.

Pero porque sean poco tomadas en cuenta por el gran grueso de la población no quiere decir que dejen de ser peligrosas para el pensamiento científico y la forma en que asimilamos la ciencia. Su peligro radica en que se trata de relatos transgeneracionales, cuyo éxito, aunque acotado a un espacio de tiempo que ha caducado, permanece, lo que los hace habitar en el ecosistema de referentes populares que son tan parte de nosotros que los cultivamos como propios y hasta les guardamos cierta estima.

Aunque desde luego, hay quien los defiende. El Enpecyt nos reafirma que 72 de cada 100 personas confía demasiado en la fe y poco en la ciencia, que casi 30 por ciento cree en los números de la suerte y que 4 de cada diez mexicanos cree en que algunas personas posee poderes psíquicos.

Para el presidente de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico en España, Alfonso López, “tan temerario puede ser creer en los espíritus nocturnos o en los ovnis como pretender hallar el remedio a los problemas en un libro de Paulo Coelho, no distinguir entre un medicamento y un placebo, o creer la primera referencia que salga en una búsqueda de Google”.

Evitemos la temeridad.

Con información de: Xataka

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