El presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que los mexicanos residentes en el extranjero podrán ejercer su derecho al voto en los consulados durante las próximas elecciones. En una medida destinada a facilitar la participación democrática de los connacionales fuera del país, 23 consulados en diversas partes del mundo habilitarán casillas para la votación.
El mandatario aclaró que estos centros de votación serán gestionados por funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE) y no por el Servicio Exterior Mexicano (SEM). “No tiene nada que ver el gobierno”, enfatizó López Obrador, subrayando que los consulados solo proporcionarán el espacio, similar a cómo las escuelas se utilizan para las elecciones en México sin la participación de los maestros.
La iniciativa garantiza que no habrá presencia de cónsules ni de otros funcionarios del SEM en la administración de las casillas, asegurando un proceso independiente y transparente. Esta disposición responde a la necesidad de evitar cualquier percepción de influencia gubernamental en las elecciones.
El INE ha confirmado que esta es la primera vez que los mexicanos en el exterior podrán votar en una elección federal de manera presencial en los consulados. Las sedes consulares que participarán están ubicadas en Estados Unidos (Atlanta, Chicago, Dallas, Fresno, Houston, Los Ángeles, New Brunswick, Nueva York, Oklahoma, Orlando, Phoenix, Raleigh, Sacramento, San Bernardino, San Diego, San Francisco, San José, Santa Ana, Seattle, y Washington D.C.), Canadá (Montreal) y Europa (París y Madrid).
Los módulos receptores de votación estarán operativos de 8:00 a 18:00 horas (Tiempo del Centro de México para las sedes en América y hora local para París y Madrid). Aquellos inscritos en la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero (LNE-Extranjero) tendrán su espacio asegurado para votar. Para quienes no estén registrados, se recomienda acudir temprano ya que cada sede contará con 1,500 espacios adicionales para votantes sin registro.
Esta medida refuerza el compromiso del gobierno mexicano de asegurar la participación democrática de sus ciudadanos, sin importar su lugar de residencia, y representa un paso significativo en la inclusión de la diáspora mexicana en el proceso electoral del país.
