Piden reabrir planta de moscas estériles en Chiapas; pérdidas superarían los 10 mil millones de pesos
A pesar de que desde 2020 el gobierno federal sabía de los riesgos que representaba el gusano barrenador para la ganadería nacional, no se tomaron acciones preventivas y ahora el país enfrenta una crisis sanitaria y económica.
Ganaderos acusan omisión tanto del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador como del actual gobierno federal encabezado por Claudia Sheinbaum, al señalar que no se atendió el problema a tiempo ni se informó del cierre fronterizo impuesto recientemente por Estados Unidos.
El brote actual de esta plaga —que afecta principalmente a ganado bovino— ha provocado ya la suspensión de exportaciones hacia Estados Unidos, especialmente desde estados como Sonora y Chihuahua, donde se movilizan más de 5 mil cabezas de ganado diariamente. Esto representa una pérdida aproximada de 11.4 millones de dólares por día.
Según un estudio elaborado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), desde hace cinco años se había calculado que una propagación nacional del gusano barrenador podría generar pérdidas superiores a los 8 mil millones de pesos anuales. Ajustando esta cifra a la inflación actual, las pérdidas rebasarían los 10 mil 600 millones.

La amenaza, que parecía lejana, ya se ha materializado con casos confirmados en estados como Oaxaca y Veracruz. La larva de este parásito ataca a animales de sangre caliente, e incluso puede afectar a seres humanos, provocando una enfermedad llamada miasis que puede ser mortal.
El sector ganadero ahora exige reactivar la fábrica de producción de moscas estériles en Chiapas, un método efectivo para frenar la expansión del gusano. Esta planta había sido clave en la estrategia de control biológico, pero cerró en 2013, dejando al país dependiendo de Estados Unidos para la producción de este tipo de insumo.
En medio de las críticas, el titular de la Sader, Julio Berdegué, respondió que el foco del brote no se originó en México, sino en países sudamericanos, y responsabilizó a Estados Unidos de no haber controlado la situación a tiempo. Aun así, pidió relanzar el programa de control biológico en territorio nacional.
Mientras tanto, las pérdidas continúan aumentando y la preocupación del sector crece ante la falta de una respuesta inmediata y contundente.