El doctor Agustín Zarate Loyola director de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, habló del contexto que conlleva la aprobación de una ley de maternidad subrogada, o vientre de alquiler, como la cosificación del embrión humano y de la mujer que servirá para albergar la nueva vida.
Como especialista señaló que sí hay un efecto psicológico en la acción de prestar un vientre: “no hay como tener un hijo natural, un hijo biológico. Ahorita uno de los principales cuestionamientos tiene que ver con cuestiones éticas y morales, ya que en nuestro país no estamos acostumbrados a ver este tipo de escenarios”.
Agregó que una implicación desde el punto de vista psicológico, es que no es lo mismo ser una madre biológica, a ser una madre donde alguien prestó su vientre para tener un hijo: “tiene un impacto tanto para la madre biológica, como para la madre que está esperando el producto y son temas que no se han explorado mucho desde el punto de vista psicológico, cuando menos en nuestro contexto no tenemos este tipo de escenarios”.
Destacó que si se llegará a aprobar la ley de maternidad subrogada, o vientre de alquiler será una situación en donde se podrán tener elementos y condiciones para visualizar qué está pasando: “como mencioné, hay un impacto que no sabemos cómo vaya a ocurrir, hay muchos cuestionamientos desde el punto de vista político, religioso y social. Y hay que ver qué pasa con esas implicaciones, que son todas las polémicas que despierta; como cuando sucedió la aprobación del aborto en algunos estados y países, generó diversas reacciones y también una serie de implicaciones a los actores que están participando en esta situación”.
Igualmente, el doctor Zarate Loyola mencionó que habrá una divergencia en el entorno moral que maneja la sociedad mexicana: “será distinta la forma de pensarlo y concebirlo, es una situación nueva en nuestro país. Hay una serie de variables que no podemos todavía visualizar en este momento”.
Finalmente el director de la Facultad de Psicología de la UASLP, explicó que en el caso de la mujer que presta el vientre puede ocurrir un efecto, una consecuencia psicológica: “se supone que si una madre presta su vientre al momento en que nazca el bebé lo entregará, pero el hecho de haberlo incubado por nueve meses si despierta sentimientos, sensaciones y emociones en la madre por tenerlo dentro de sí, y este es un aspecto importante de analizar también”.
Fuente: La Razón
