Lejos de su tierra y de sus familias, la mayoría de los potosinos que viven en Estados Unidos celebrará la Navidad fuera de San Luis Potosí, una realidad que se repite año con año debido a razones laborales y a la situación migratoria que enfrentan miles de personas originarias del estado.
Aunque algunos lograron regresar de manera temporal durante 2025, esta cifra fue mínima. Incluso, se registraron procesos de repatriación: en lo que va del año, más de 3 mil 400 potosinos han sido deportados desde Estados Unidos, principalmente desde estados fronterizos como Texas y Arizona, según datos oficiales.
A pesar de la distancia, el vínculo con su lugar de origen se mantiene firme. Las familias en San Luis Potosí continúan recibiendo apoyo económico a través del envío de remesas, un respaldo fundamental que sostiene hogares completos, especialmente durante las fechas decembrinas.
Estimaciones del Instituto de Migración y Enlace Internacional (IMEI) del Gobierno del Estado señalan que la comunidad potosina en Estados Unidos podría llegar hasta 1.5 millones de personas, aunque no existe un registro exacto. Los migrantes se concentran principalmente en entidades como Texas, California, Illinois, Arizona y Georgia, destinos históricos para quienes salen del estado en busca de mejores oportunidades.
La Navidad representa un momento especialmente difícil para quienes no pueden volver a casa, ya que las celebraciones se viven a la distancia, sin la cercanía de padres, hijos o hermanos. Aun así, muchos migrantes buscan mantener vivas las tradiciones que los identifican, aunque sea desde el extranjero.
Ante este escenario, el Gobierno del Estado mantiene activos programas como la Caravana Bienvenido Paisano y esquemas de atención para migrantes retornados, además de una coordinación constante con los consulados mexicanos en Estados Unidos. Sin embargo, las autoridades reconocen que, una vez más, la mayoría de los potosinos migrantes pasará la Navidad fuera de su estado natal.