El Radar
Por Jesús Aguilar.
Frinné Azuara (que salta al congreso local y ahora sí podrá conocer San Luis Potosí) del PRI, los verdes Kevin Angelo Aguilar, Gilberto Hernández Villafuerte (cuya disciplina ahora lo hizo Senador), Sonia Mendoza (que falló en su intento en ser alcaldesa capitalina), Juan Manuel Navarro (que llega a cuidar el epicentro Gallardista a partir de octubre), Christian Sánchez y Jano Segovia (que regresa a Matehuala sin puesto después de la derrota del 2 de junio), Xavier Azuara (que sigue mangoneando lo que queda del PAN), Pepe Toño Meráz (que será gallo Azuarista para relevar a Vero Rodríguez en el C.D.E. del partido) y el cuarteto morenista integrado por los insulsos Martha Barajas, Antolín Guerrero, Saul Hernández y el ahora convertido en una suerte de Emperador Sith de la política local, Juan Ramiro Robledo son los personajes que tuvieron, sí, aunque usted no lo crea, que representar al estado potosino en la cámara de diputados del Congreso de la Unión.
Se van esta semana sin resultados, con una representatividad negativa y la mayoría con la carga en su currículum personal y político de ser parte de nada.
Pero no somos los únicos, el bajo rendimiento de los diputados federales de San Luis Potosí en la Cámara de Diputados es un reflejo preocupante de la ineficacia legislativa que prevalece en gran parte del Congreso de la Unión en México. A tan solo tres días de que concluya la LXV legislatura federal, un análisis revela que de las 118 iniciativas individuales presentadas por los 13 legisladores potosinos, el 77 por ciento se encuentran en estatus de pendientes. Esto significa que solo 10 de ellas han sido aprobadas, lo que representa un escaso 8.4 por ciento de efectividad.
¿Se imaginan un equipo de futból que solamente gana 8 de cada 100 partidos?
Correrían seguramente no solo al entrenador, sino a prácticamente todo el plantel…
Si además sumamos que este pobre desempeño legislativo tiene como aditivo que muchos de los legisladores del partido oficialista, Morena, son elegidos como candidatos a través de la temible “tómbola”. Este método, aunque democratizador en teoría, podría estar contribuyendo a la selección de candidatos con una preparación insuficiente para enfrentar los desafíos legislativos. Además, con su “inesperada” llegada a su ración de poder y dinero, se vuelven locos en todo menos en trabajar, pero pagan inclementemente el favor con un levantadedismo inconsciente y burdo.
El caso del diputado José Antonio Zapata Meraz del PAN es ilustrativo. A pesar de ser el legislador potosino con más iniciativas individuales presentadas (22 en total), solo una de ellas fue aprobada, lo que equivale a un alarmante 4.5 por ciento de éxito en su trabajo. Este patrón se repite en otros legisladores como Antolín Guerrero Márquez y Martha Barajas García de Morena, quienes presentaron 19 iniciativas cada uno, pero solo lograron que dos de ellas fueran aprobadas.
En términos generales, los resultados legislativos de los diputados potosinos son desalentadores: de 118 iniciativas, 92 siguen pendientes, 11 fueron desechadas, solo 10 aprobadas, y 5 retiradas. Morena, siendo la bancada con más iniciativas presentadas (57 en total), logró la aprobación de apenas cuatro, lo que nuevamente pone en duda la efectividad del partido en la implementación de su agenda legislativa.
Este análisis evidencia no solo el bajo rendimiento de los legisladores potosinos, sino también la necesidad de replantear los mecanismos de selección de candidatos y de mejorar la preparación y el compromiso de quienes aspiran a representar a la ciudadanía en el Congreso. De lo contrario, el poder legislativo seguirá siendo una entidad ineficaz y alejada de las verdaderas necesidades de la población.
Mañana hablaremos de los que llegan…