La ciudad de Monterrey se encuentra afinando los últimos detalles para recibir con orgullo cuatro partidos del Mundial 2026, evento que no solo traerá emoción deportiva, sino una gran derrama económica y proyección internacional.
El Estadio BBVA, conocido como “El Gigante de Acero”, será el escenario principal en Nuevo León. Este moderno recinto ya comenzó con la instalación del césped especial aprobado por la FIFA, siendo el primero de los tres estadios mexicanos en hacerlo. El pasto, cultivado a poco más de 100 km de la ciudad, está adaptado al clima regiomontano y cuenta con un sistema subterráneo de ventilación, oxigenación y drenaje, garantizando un terreno de juego de primer nivel.
Además del campo, el estadio recibirá mejoras en palcos y en la zona de prensa, con una inversión total de más de siete millones de dólares.
Por su parte, “El Barrial”, el centro de entrenamiento del Club Rayados, también ya cuenta con las condiciones que exige la FIFA. Será una de las instalaciones donde entrenarán las selecciones participantes. Otras sedes de práctica serán el estadio Universitario y una cancha del Tecnológico de Monterrey.
Pero la experiencia mundialista irá más allá del fútbol. El Parque Fundidora será el punto de encuentro para miles de aficionados con el FIFA Fan Fest, que ofrecerá pantallas gigantes, conciertos, actividades interactivas y gastronomía local para más de 40 mil personas por día.
Los retos que enfrenta la ciudad
Monterrey también trabaja en mejorar su sistema de transporte, uno de los principales retos que ha identificado el comité organizador. Se implementarán rutas especiales, señalética en varios idiomas y aplicaciones de movilidad para que los visitantes se desplacen sin complicaciones.
Alejandro Hutt, encargado de la sede, explicó que el objetivo no es competir con otras ciudades como CDMX o Guadalajara, sino demostrar lo mejor de Monterrey: planeación, ejecución y resultados. “Queremos que el mundo conozca a Monterrey y que los regiomontanos se sientan más orgullosos de su ciudad”, afirmó.
Con el tiempo corriendo rumbo al 2026, Monterrey se perfila para ser una de las sedes más destacadas del Mundial y dejar una huella que perdure más allá del torneo.