El mundo de la música y la cultura potosina está de luto. Este sábado se confirmó el fallecimiento del maestro José Miramontes Zapata, director general y fundador de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí (OSSLP), figura fundamental en el desarrollo de la vida musical del estado y uno de los directores más influyentes del país.
Miramontes Zapata fue una voz crítica, apasionada y comprometida con el arte sin concesiones. Fundó la OSSLP en el año 2000, y durante más de dos décadas la convirtió en una de las agrupaciones orquestales más sólidas y reconocidas a nivel nacional, distinguiéndose no solo por la calidad de sus interpretaciones, sino por su capacidad para acercar la música clásica a públicos diversos.
Originario de San Luis Potosí, el maestro forjó su carrera como director de orquesta con un estilo personal, riguroso y profundamente honesto. En múltiples entrevistas, dejó claro su rechazo a la banalización del arte y su crítica a los vicios del sistema cultural mexicano. “La egolatría es el símbolo más cabal del arte en México”, declaró en una de sus últimas conversaciones con medios, dejando entrever su visión crítica de los circuitos institucionales que privilegian la imagen sobre el contenido.
El legado de Miramontes Zapata trasciende los escenarios: fue maestro de varias generaciones de músicos potosinos, impulsor de festivales, grabaciones y una agenda cultural sostenida con esfuerzo institucional y convicción artística. Su liderazgo al frente de la OSSLP marcó un antes y un después en la historia musical del estado.
La Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado y diversas instituciones académicas y artísticas han expresado ya sus condolencias ante esta irreparable pérdida. En redes sociales, músicos, exalumnos y admiradores han compartido mensajes de reconocimiento a su trayectoria y al impacto que su trabajo tuvo en sus vidas.
Hasta el momento no se han dado a conocer detalles sobre los homenajes póstumos o servicios funerarios, aunque se anticipa que habrá actos oficiales para honrar su memoria.
José Miramontes Zapata deja un vacío profundo en la cultura potosina, pero también una herencia invaluable: la música como resistencia, como disciplina y como forma de dignidad.