Juan Dibildox Martínez, último presidente del Consejo Estatal Electoral (CEE) que lideró el organismo civil sin recibir salario, falleció este domingo, dejando un legado significativo en el ámbito electoral y empresarial. Durante su trayectoria, destacó no solo por su trabajo en el servicio público, sino también por su compromiso con organizaciones civiles y su impecable historial en el sector privado.
Como presidente del Consejo Estatal Electoral, desempeñó dos periodos claves: de 1997 a 2000 y de 2001 a 2005. En el primero, se convirtió en un referente a nivel nacional al organizar las primeras elecciones con segunda vuelta electoral en el país. También lideró procesos históricos de elección de candidatos para delegaciones municipales en San Luis Potosí y Ciudad Valles, consolidando un modelo democrático innovador.
Dibildox, egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) como Ingeniero Mecánico Administrador, también obtuvo el título de abogado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Era reconocido por su conocimiento en la autonomía de los organismos públicos y su defensa de su independencia frente a los poderes gubernamentales. Su experiencia abarcaba desde análisis sobre órganos electorales y de transparencia hasta entidades financieras y de derechos humanos, como el Banco de México y la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Además, poseía una destacada formación académica con posgrados en Finanzas, Desarrollo Organizacional, Alta Dirección y Liderazgo. Creía firmemente que los organismos autónomos debían fortalecerse para ganar mayor legitimidad y cumplir su labor con eficacia.
Su fallecimiento ocurre en un contexto donde los organismos autónomos enfrentan amenazas de intromisión gubernamental, un tema que siempre defendió con rigor intelectual. Dibildox también destacó en el sector industrial, trabajando en la fundición junto a figuras como Guillermo Pizzuto Zamanillo y en proyectos sociales como Música para la Vida.
En el ámbito familiar, también compartió vínculos con personalidades de trayectoria intachable, como su hermano José Luis Dibildox, quien fue sacerdote, lideró parroquias en San Luis Potosí y llegó a ser el primer obispo de la Sierra Tarahumara, designado por el papa Juan Pablo II.
La partida de Juan Dibildox deja un vacío no solo en su familia y amigos, sino también en el panorama social y político de San Luis Potosí, donde será recordado como un líder íntegro y un defensor incansable de los valores democráticos.