Un motín en una cárcel de Portuguesa, en Venezuela, provocó al menos 29 reos muertos y 18 policías heridos.
De acuerdo con el director general de la organización humanitaria Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado, los hechos ocurrieron cuando un grupo de policías intentó ingresar a los calabozos del centro policial de la localidad de Acarigua, donde se encontraban varios centenares de detenidos, algunos de ellos armados, quienes rechazaron la incursión de los funcionarios alegando que temían ser robados.
Durante el incidente se reportó la detonación de un artefacto explosivo, señaló Prado en entrevista con AP. Y responsabilizó de los hechos al Ministerio de Servicios Penitenciarios.
Según la información publicada por esa agencia, los calabozos del centro policial de Acarigua tienen una capacidad para unos 250 detenidos, pero al momento del motín había 540 personas.
Prado destacó que los calabozos policiales, a pesar de que no tienen ni la capacidad ni condiciones para albergar por largos períodos a los detenidos, han sido convertidos por las autoridades en cárceles donde conviven detenidos que están en proceso y personas con sentencias de los tribunales.
Desde hace varios años, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Prisiones, algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos han alertado sobre la compleja situación que enfrentan las comisarias, donde se estima que están recluidas más de 30 mil personas y hay un hacinamiento superior a 450%.
Los activistas también han denunciado que las comisarías enfrentan grandes dificultades para mantener a los cientos de reclusos, debido a que no disponen de recursos financieros para suministrarles alimentos y atención médica, en medio de la crisis económica que enfrenta Venezuela con una hiperinflación y una fuerte recesión.
En marzo del año pasado se registró un motín en un centro policial de la ciudad central de Valencia, también en el país sudamericano, que dejó 68 muertos.
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