Una impactante confesión sacudió el aire radiofónico de Melbourne durante el programa “Fifi, Fev & Nick” el martes 28 de mayo. Cheyenne, residente de Narre Warren, Victoria (Australia), dejó a los presentadores visiblemente impactados al revelar que había consumido las cenizas de su abuela.
“Me comí a mi abuela”, declaró Cheyenne, dejando boquiabiertos a los conductores Fifi Box, Brendan Fevola y Nick Cody. Explicó que la idea surgió durante el período de luto tras el fallecimiento de su abuela en agosto del año pasado. Con la intención de animar a su madre, Cheyenne probó las cenizas de su abuela y luego convenció a su madre para que se uniera a ella en esta peculiar actividad.
Pero la historia no termina ahí. Cheyenne también confesó haber jugado una broma a su hermano, quien recientemente había salido de prisión, al hacerle comer las cenizas de su abuela mezcladas en una salsa para pasta.
Los presentadores reaccionaron con incredulidad ante esta revelación. La conductora Fifi Box expresó su sorpresa, afirmando que era mucho para procesar. La historia incluso llevó a Fevola a bromear sobre el plato llamándolo “Spaghetti alla nan”.
Cheyenne también compartió que tiene una “extraña adicción” a las cenizas y que todavía le queda “una caja entera llena”. Aunque afirmó haber dejado de consumirlas, agregó que lo hacía “solo por diversión”.
Esta confesión, más allá de lo inusual, refleja la complejidad y diversidad del comportamiento humano ante el duelo y la pérdida. La historia de Cheyenne deja una impresión duradera en los oyentes, quienes se quedan reflexionando sobre los límites de la peculiaridad y la conexión emocional con los seres queridos fallecidos.