El cártel de Texis, la más importante organización criminal del narcotráfico en El Salvador y una de las principales redes del contrabando de drogas de Centroamérica como proveedor de servicios de los cárteles mexicanos de Sinaloa, del Golfo y Los Zetas, penetró al futbol salvadoreño y construyó un entarimado de lavado de dinero con una fachada de compañías de la industria agropecuaria, turismo y de venta de combustibles.
El balompié centroamericano fue sacudido esta semana con las detenciones del nicaragüense Julio Rocha, ex presidente de la Federación Nicaragüense de Futbol, y del costarricense Eduardo Li, presidente suspendido de la Federación Costarricense de Futbol, el pasado miércoles en Suiza, junto a otros jerarcas de laFederación Internacional de Futbol Asociado(FIFA), en una investigación federal de Estados Unidos que documentó la presunta comisión fraude masivo, lavado de dinero y crimen organizado.
En el caso de El Salvador, la pieza central ha sido el empresario salvadoreño José Adán Salazar Umaña, alias Chepe Diablo, ex presidente de la Federación Salvadoreña de Futbol, dueño del equipo Metapán, de la Primera División de ese país y señalado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como narcotraficante.
El Tesoro vinculó a Salazar con el mexicano Sajid Emilio Quintero Navidad, alias El Cadete y primo del fugitivo capo mexicano Rafael Caro Quintero —detenido en 1985 en una residencia de lujo en Costa Rica y repatriado como culpable del asesinato en México de Enrique Camarena, agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), quien sorpresivamente fue liberado en agosto de 2013.
La Fiscalía General y la Policía de El Salvador confirmaron que investigan los nexos del cártel de Texis, cuyo líder es Salazar, con la venta de servicios y drogas a los cárteles mexicanos desde el occidental departamento salvadoreño de Santa Ana, que es su principal zona de operación y limita con el oriental departamento guatemalteco de Jutiapa, una de las más activas áreas del narcotráfico de los cárteles de Guatemala y sus redes de contrabando de estupefacientes para las organizaciones de México.
La incursión criminal en el futbol también llegó a los partidos, en lo que hasta ahora había sido el más grave escándalo de corrupción en la historia del balompié regional.
Una mafia mundial establecida en Singapur y dedicada a la “compra” de resultados de juegos de futbol ensució al balompié de Centroamérica desde 2010, por lo que en septiembre de 2013 la Federación Salvadoreña de Futbol (Fesfut) expulsó de por vida a 14 seleccionados salvadoreños y sancionó a 10 con penas que oscilaron entre 30 días y cinco años de inhabilitación. La Fiscalía comprobó que los futbolistas recibieron miles de dólares de Exclusive Sports, empresa de Singapur cuestionada por la FIFA como negociadora para corromper partidos.
La Policía Internacional (Interpol) anunció en septiembre de 2013 la captura en Singapur de 14 sospechosos de pertenecer a esa red del crimen organizado transnacional. Uno de los detenidos es el singapurense Dan Tan, jerarca de Exclusive Sports y líder de una red en la que también participaron varios nicaragüenses.
En un recuento que entregó a EL UNIVERSAL, la Fesfut precisó que los partidos amañados fueron cuatro e involucraron a la Selección de El Salvador: dos amistosos en 2010, frente al DC United, de Estados Unidos, y ante la selección estadounidense, un juego oficial contra México en la Copa Oro de 2011, y un amistoso con Paraguay en 2013. “Estamos hablando de corrupción, mafia y lo más bajero a lo que pudieron haber llegado estos muchachos”, acusó el fiscal general de El Salvador, Luis Martínez.
Con información de: El Universal