En Nersac, poblado de Poitou-Charentes, Francia, se develó el caso de un niño de 9 años, quien fue abandonado por su madre Alexandra, quien decidió irse para vivir junto a su pareja lejos de su hijo. Esto fue lo que pasó.
Con apenas 9 años, el menor tuvo que sobrevivir con comida enlatada, tomates y pasteles que robaba de un balcón del edificio donde vivía; aunado a estar sin calefacción o electricidad por largos periodos y sólo tres cobertores, así como duchas de agua fría.
La mujer se mudó a 5 kilómetros de su hijo para residir junto a su pareja, al parecer el menor quedó abandonado de 2020 a 2022; autoridades del tribunal penal de Angulema determinaron que Alexandra recibiera 18 meses de prisión.
Al niño los vecinos le ofrecían comida y aunque sabían la compleja situación de desamparo que vivía no denunciaron nada hasta pasados 2 años, cuando uno de los inquilinos decidió hacerlo de manera anónima.
La escuela por su parte declaró que no se dieron cuenta sobre el abandono del menor, ya que era un buen estudiante, responsable y jamás dejó de acudir a sus clases; esto generó todavía mayor sorpresa en las autoridades.
Tras investigar los hechos, la policía determinó que la señora de 38 años vivía en la casa de su pareja ubicada en Sireuil, la cual estaba a 5 kilómetros de donde dejó a su hijo; a veces lo visitaba y le llevaba de comer, pero al infante nunca lo vieron en el edificio donde ella residía.
La mujer naturalmente negó haber dejado al niño, sin embargo, vecinos corroboraron que hacía tiempo de su ausencia y autoridades confirmaron esto tras encontrar la despensa vacía y ningún rastro de ropa de la madre.
El menor dijo que no quería volver a ver a su madre, esto una vez que lo colocaron en una casa temporal para cuidar sus intereses e integridad. La señora fue llevaba prisión y pagará una condena de 18 meses.
Milenio
