El escritor mexicano Fernando Lobo reflexiona sobre el fenómeno económico y social que mueve a una poderosa industria a nivel mundial
Ante el dato duro de que la pornografía es realmente masiva, “es la mitad más uno del internet, el motor de la industria cinematográfica y mediática californiana”, el escritor Fernando Lobo decidió crear una novela en la que todo girara alrededor de la producción de unapelícula pornográfica.
Latinas candentes 6 (Almadía), que se presenta hoy en Capote Taberna, desata muchas preguntas que el autor, admite, no pudo responder. “¿Qué estamos viendo de nosotros mismos en esas pantallas?, ¿por qué estamos clavados en esa impostura, en ese mundo fantástico? Creo que el punto más interesante de la literatura es generar reflexión, compartir dudas, no certezas”, afirma en entrevista.
El narrador mexicano nacido en 1969 confiesa que “mis perversiones no alcanzaron para explicar toda la problemática de este fenómeno social, qué hay ahí de la condición humana como individuo y como sociedad.
Nos estamos viendo al espejo, en el río, y, por supuesto, nos estamos ahogando en nuestra imagen, nos estamos haciendo adictos”.
La historia de Edi Montoya, un director de películas porno cuya esposa lo abandona por “llevarse el trabajo a casa”, que hurga en los sótanos del deseo y la ambición, es la que más ha divertido al también cuentista y ensayista.
“Es una novela donde los personajes, ya empezada la trama, comenzaron a hacer lo que les daba la gana, me han sorprendido. Fueron concebidos como simples comparsas y adquirieron características muy interesantes”, agrega.
Montoya dice “yo soy un labrador de la culpa y el deseo”. Y Lobo concluye que “si no viviéramos en una sociedad de sexualidad reprimida, esa noción restringida del sexo que nos viene de la religión, pero que posteriormente en el siglo XX pasó al dominio de la clínica y de la investigación científica como una patología, la pornografía sería un mercado marginal. Pero el pornógrafo requiere de la culpa, no se entendería sin la noción del pecado”.
El autor de las novelas
Relato del suicida, No lo tomes personaly
Contacto en Cabo explora además “esa veta de naturalismo, de hiperrealismo, de despertar la fantasía de la proximidad, la ilusión de lo cercano, de la vecina, del dentista, de que el sexo más lujurioso se encuentra en el ciudadano de la calle. La exigencia del espectador de ver realidades”.
Lobo destaca que también le interesó acercarse a la cultura del éxito, “del ascenso de clases, que es en realidad una mudanza de un estadío a otro. Y esto recalcado en un hijo de inmigrantes mexicanos que triunfa en California es más interesante”.
Quien vive desde hace nueve años enOaxaca, admite que ahora su literatura está enfocada a la pantalla, “a la relación que tienen nuestras sociedades con la proliferación de pantallas, ser representadas en ellas, interpretamos el mundo a través de ellas”.
Adelanta que está a punto de terminar otra novela sobre una revista de espectáculos, de chismorreo. “Son temas que parecen poco literarios, pero busco una historia que salga a las calles, que observe fenómenos sociales”.
Dice que hará una novela ambientada en Oaxaca y desea explorar más los géneros del ensayo y la crónica.
Hay congéneres míos que tienen más visibilidad; pero me mantiene el oficio, tengo claro lo que sigue, tengo claro la novela corta. Me siento cómodo en la veta del humor, del realismo cínico”.
“Creo que el pensador contemporáneo debe ser también un comediante, no tenemos alternativa más que reírnos de nosotros mismos”, afirma.
Con información de: http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2013/07/05/907424]]>
