El punto de reunión en esta ocasión fue la Plaza de Armas, la cual fue testigo de por lo menos 500 aficionados del casi ya desaparecido Reales del San Luis, ahí las consignas contra el gobierno del estado, y en particular del primer mandatario, Fernando Toranzo Fernández, no se dejaron esperar.
“La afición merece respeto”, “directiva mercenaria”, “gobierno de mierda”, se podía leer en una de las tantas pancartas que llevaban jóvenes, niños y adultos mayores que se sintieron traicionados por Carlos López Chargoy, dueño de la franquicia San Luis FC, pero sobre todo por las autoridades quienes, aseguraron, permanecieron omisos desde la llegada del poblano.
Enmarcados en confetis y cantando el himno del equipo potosino partieron del recinto, ahí ya una marioneta del gobernador acompañaba a los enfadados aficionados, quienes a su paso dejaban una estela de papel y basura como una manera errónea de mostrar su descontento.
Así llegaron a la calle Manuel José Othón, avenida Constitución, para después caminar por Universidad; el tránsito vehicular comenzó a ser canalizado a vialidades cercanas, no sin antes causar la molestia de peatones, conductores y choferes del transporte urbano que por segunda ocasión en esta semana sufren las consecuencias de la manifestación de la porra de los auriazules.
Bajaron el puente de Universidad cerrando los carriles oriente-centro y viceversa, automovilistas que bajaban del brazo del distribuidor Juárez, desesperados, buscaban una salida para no verse inmersos en un lento tránsito que ya los amenazaba.
Al llegar al distribuidor los aficionados se distribuyeron por toda la glorieta, impidiendo el paso de cualquier vehículo, ahí permanecieron más de 40 minutos, para después partir a su destino, el estadio Alfonso Lastras, que vio el fin de una era deportiva para todos los potosinos.
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