La atención médica de la herida y la pofilaxis dentro de las primeras 72 horas pudo haber salvado la vida del niño de siete años que murió tras haber sido mordido por un murciélago que le contagió la rabia el pasado 28 de diciembre, así lo informó Concepción Rocío Arias, directora del hospital general Doctor Aurelio Valdivieso, en entrevista con Mario Maldonado a través de la señal de televisión de El Heraldo Media Group.
Ahora la hermana de ocho años de edad del fallecido se debate entre la vida y la muerte por este virus que afecta el sistema nervioso. De acuerdo con la especialista, las posibilidades de que fallezca son muy altas. La familia de la pequeña espera que un milagro suceda en la Oaxaca.
“Ya no hay respuesta de reflejos primarios”, dijo la directora sobre la condición clínica de la niña, quien se encuentra conectada a un respirador.
Los pronósticos de la tercera víctima de la mordedura son mucho más alentadores, pues aunque terminó expuesta al igual que sus hermanos, no desarrolló la enfermedad y solamente tuvo que ser sometida a la profilaxis para mantenerla estable. Fue dada de alta el pasado viernes.
Un diagnóstico que llegó tarde
La autopsia realizada sobre el menor de edad que fue atacado junto con sus hermanos dentro de su habitación en San Lorenzo Texmelúcan arrojó que el virus rábico se había alojado en sistema nervioso. Durante más de un mes, el caso de los menores no fue confirmado como un contagio de este mal.
De acuerdo con las declaraciones que ha dado la madre de los menores, el pasado 1 de diciembre entró a la habitación de los niños, a los cuales encontró con diversas heridas y sangrando. En el lugar vio al animal, por lo que lo mató y curó las heridas de sus hijos.
Al llevarlos al médico, este les recetó antibióticos y los envió de nueva cuenta a casa. No obstante, los pequeños comenzaron a experimentar dolores y varios síntomas de la enfermedad. No fue sino hasta el 21 de diciembre cuando en el hospital más cercano a su casa se determinó que los niños podrían padecer este mal.
“En toda mi carrera médica no había visto un caso de rabia, mucho menos de un murciélago”, dijo.
Los mayores de los hermanos tenían síntomas, por lo que se les sometió a un respirador y a diversos cuidados para tratar de parar el paso de este padecimiento. La menor de ellos fue atendida con profilaxis y al final dada de alta.
Un caso inaudito
“Este fue un hecho aislado y desafortunado para esta familia”, aseguró la especialista al responder sobre la posibilidad de que haya más casos como este.
El destino del cuerpo del murciélago es un misterio para las autoridades, por lo que no se pudo realizar ninguna prueba sobre sus restos, lo cual pudo haber ayudado a evitar que la enfermedad avanzara tan rápidamente.
“En el momento sí se pudo haber hecho el análisis en el animal para saber si era portador de rabia”, dijo.
Lo inaudito de la transmisión de este mal es tal que en 2020 se reportó el primer caso en 15 años. En ese entonces, un hombre se enfermó tras ser mordido por un perro. El gobierno de México aplicó al menos 194 millones 600 mil vacunas de 2010 a 2020 para erradicar este mal.
Incluso en 2019 el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades dio a conocer que la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideraba que la transmisión de este virus desde los canes a los seres humanos estaba completamente erradicada.
Cómo ataca la rabia
La especialista indicó que este virus de la rabia tiene el mismo mecanismo de actuación dentro del ser humano sin importar el animal que la provoque. Explicó además que el avance de este mal está relacionado con el tiempo de exposición que tengan las víctimas, por lo que es indispensable darles atención de manera inmediata para lograr su recuperación.
“Las células favoritas de este virus son las terminaciones nerviosas, una vez que llega al cerebro, ataca el sistema nervioso central, por lo que no hay ningún tipo de acción que pueda salvar a los pacientes”, dijo.
Este mal se transmite de animales a personas por medio de mordidas o rasguños. Especies como los gatos, los perros, los murciélagos, los mapaches, los zorros y los zorrillos son los principales responsables de este tipo de contagio.
Una vez que cualquiera se haya expuesto a un ataque de estos mamíferos, es necesario lavar y curar las heridas para posteriormente acudir a un especialista.
En caso de determinar que se puede tratar de un caso positivo de rabia, se aplica un tratamiento conocido como profilaxis posexposición, el cual consiste en la inyección de un concentrado de inmunoglobulinas antirrábicas humanas. Este último dota al cuerpo de una serie de anticuerpos que ayudan al cuerpo a contrarrestar la enfermedad. Posterior a esto se les colocarán otras vacunas para el mismo propósito.
Los principales síntomas que aparecen en alguien que no recibe atención inmediata son la debilidad del cuerpo, el malestar general, la fiebre, el dolor de cabeza, así como la sensación de punzadas o picazón en el lugar donde se encuentra la herida. Una vez que este virus llega al sistema nervioso central la víctima experimenta problemas mentales como la ansiedad, la confusión y la agitación, Posterior a esto, los seres humanos se enfrentan a alucinaciones, delirios, temor al agua e insomnio.
De acuerdo con el Centro de Prevención para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en toda la historia de la humanidad solamente 20 personas han sobrevivido a la rabia sin contar con vacunación o tratamiento de profilaxis.
El Heraldo de México