Con la llegada de la temporada de calor, el consumo de agua embotellada se incrementa considerablemente en México. A pesar de que el agua del grifo en los hogares es potable, la preocupación por la contaminación en los sistemas de almacenamiento y tuberías internas impulsa a muchos mexicanos a optar por el agua embotellada como una alternativa más segura.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha llevado a cabo estudios exhaustivos para evaluar la calidad del agua embotellada en el país. Estos estudios abarcan desde la verificación de etiquetas y contenido neto hasta pruebas microbiológicas y fisicoquímicas para garantizar la seguridad y calidad del agua.
Según los análisis realizados por Profeco, las marcas de agua embotellada de mejor calidad en México son Peñafiel, Bonafont, Ciel y Nestlé Pureza Vital.
El alto consumo de agua embotellada en el país se debe a varios factores, incluida la desconfianza en los sistemas operadores de agua, la comodidad y fácil acceso a agua embotellada, y la falta de una regulación sólida en esta industria en crecimiento.
Sin embargo, el aumento en el consumo de agua embotellada también tiene un impacto ambiental significativo. Según un informe de Greenpeace México, el 6% de los residuos plásticos encontrados en áreas naturales protegidas mexicanas son botellas de plástico. Esta contaminación plástica afecta gravemente a la biodiversidad y el hábitat marino, incluidos los arrecifes de coral, manglares y pastos marinos.
Es crucial que los consumidores estén informados sobre el impacto ambiental de sus decisiones de consumo y consideren alternativas más sostenibles, como el uso de filtros de agua en casa o el apoyo a programas de reciclaje de botellas de plástico.
En última instancia, la conciencia sobre el impacto ambiental y el acceso a información precisa son fundamentales para tomar decisiones de consumo responsables y contribuir a la protección del medio ambiente.