Omar “Gato” Ortiz, exfutbolista de renombre en México, condenado a 75 años de prisión por un delito de secuestro, ha roto el silencio para compartir su impactante historia en el Podcast Penitencia de Saskia Niño de Rivera. En una conversación sincera, el exportero habló sobre su vida antes y después de la fama, su tiempo en prisión y cómo la religión ha transformado su existencia.
Ortiz, quien había sido figura destacada en equipos como Jaguares de Chiapas, Los Rayados de Monterrey y el Club Celaya, admitió que la fama lo desbordó. Confesó que al éxito profesional le siguieron los excesos: dinero, mujeres y una vida desordenada que afectó profundamente a su familia. “Estaba viviendo una vida directa a la muerte”, comentó el exfutbolista, reflejando arrepentimiento por las decisiones que tomaba durante ese periodo.
Su vida dio un giro inesperado en enero de 2012 cuando fue arrestado en circunstancias controvertidas. Según Ortiz, las autoridades lo acusaron falsamente de secuestro y presentó un caso con múltiples expedientes de las autoridades, aunque él solo estuvo vinculado con tres personas. Ortiz insistió en su inocencia: “No cometí el delito, pero me estoy llevando la carga de lo que otros hicieron”. Explicó que mientras estuvo en prisión, las condiciones lo llevaron a acercarse a la religión y cambiar su enfoque de vida.
Ortiz relató cómo su detención y posterior estancia en la cárcel lo alejaron de muchos familiares y amigos. Señaló que las visitas se volvieron escasas y las relaciones se desgastaron al ser asociado con un crimen tan grave. “No cualquiera acude a la cárcel a visitarte, no cualquiera confía en alguien a quien se presenta como un secuestrador”, reflexionó.
En su conversación con Saskia Niño de Rivera, Omar compartió que su cambio espiritual comenzó tras un castigo severo y una paliza en el penal de Cadereyta. Fue entonces cuando uno de los pastores del lugar le habló de Dios y comenzó su transformación interior. Desde entonces, Ortiz ha encontrado paz en su nueva vida espiritual y ya no tiene contratado ningún abogado, confiando en que algún día pueda hablar directamente con los afectados por sus acciones pasadas.
Ortiz concluyó su entrevista pidiendo perdón a las víctimas de las que se le acusó injustamente y expresó su esperanza de poder resarcir ese daño algún día, a pesar de que en su expediente ninguno de los afectados lo identificó. “Espero que puedan perdonarme algún día, aunque sé que no será fácil”, dijo con humildad. A pesar de todo, Omar “Gato” Ortiz sigue viendo hacia adelante, buscando un futuro en el futbol como entrenador de porteros, demostrando que las segundas oportunidades son posibles si uno está dispuesto a cambiar.