“Orange is the new Black” o el fin del sueño americano (SPOILERS)

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Si usted todavía no vio la tercera temporada de la serie sensación de Netflix, Orange is the new Black, no lea esta nota.

Al contrario, tómese el tiempo para disfrutar los nuevos 13 capítulos del show que ha puesto en la cima a la televisión por streaming y que cuenta no sólo la historia de una mujer de la clase media estadounidense, condenada a una prisión de mediana seguridad por trasladar dinero para el narcotráfico.

Precisamente, podría decirse que el personaje central a cargo de la rubia Taylor Schilling, quien encarna a Piper Chapman, reflejo de Piper Kerman, la mujer que en la vida real escribió el libro que da sustancia a la serie creada por Jenji Kohan, es lo menos interesante de una temporada fantástica.

Si en julio del año pasado decíamos que la segunda temporada había sido mejor que la primera, esta vez tenemos que destacar queOrange… se ha superado a sí misma y promete larga vida a una serie que empezó con timidez, frente a lo que en 2013 aparecía como el gran fenómeno de Netflix, House of cards, la serie presidencial protagonizada por Kevin Spacey y Robin Wright.

El programa fue haciéndose fuerte por el boca a boca y hoy es un producto mimado de la empresa estadounidense que ha cambiado radicalmente la forma de ver televisión.

EL FIN DEL SUEÑO AMERICANO

La tercera temporada no es tan glamorosa ni tan divertida como la primera entrega, pero ha crecido el poderío de personajes femeninos extraordinarios, los cuales han dejado chiquita a la protagonista, lo que no deja de ser curioso si se piensa que es la propia Piper Kerman quien funge como productora ejecutiva del programa.

Haciéndose la gángster y la volátil, yendo de los brazos de su amante Alex Vause (la actriz Laura Prepon ha regresado con toda la fuerza merced al pedido de los fans que se quejaron por su ausencia en la segunda temporada) a la nueva chica complicada de la prisión, Stella Carlin -personaje interpretado por Ruby Rose-, Chapman no consigue concentrar la atención del show.

Y en esto tiene que ver seguramente el talento de la osada directora Jenji Kohan (1965), quien ha dicho en varias oportunidades que ha usado el personaje central de Piper Chapman como un “caballo de Troya” que le permitió contar las historias de mujeres marginales.

“No puedes ir a una cadena y venderles una serie sobre las fascinantes vidas de un montón de mujeres negras y latinas, viejas, criminales…pero si tomas a esta chica blanca, este pez fuera del agua, y la sigues, entonces puedes expandirte y contar el resto de relatos. La vecinita de al lado, la rubia cool, te da un punto de partida muy fácil con la que se puede identificar el target de ciertas cadenas”, dijo.

Y no se equivocó. De todos los potentes y excéntricos personajes femeninos que dan sustancia y tanto éxito a Orange is the new Black es difícil elegir con cuál quedarse. Al contrario de las temporadas anteriores, ésta tiene momentos de altísima intensidad dramática frente a los cuales se hace imposible muchas veces contener las lágrimas.

Apenas comienzan a escucharse los primeros acordes de “You’ve Got Time”, compuesto e interpretado especialmente por Regina Spektor para la serie, un espectador se dispone a pasar por una amplia gama de emociones, gracias a lo que la misma Kohan ha definido como un gran elenco formado por actores que estaban totalmente desperdiciados.

Elegimos nuestras tres favoritas, pero entre una cocinera rusa, otra latina, una peluquera transexual y una anciana muda que parece tener poderes mágicos, hay más, muchas más, mujeres poderosas en ONB.

Todas ellas destruyen, queriéndolo o no, el sueño americano y demuestran que tanto aquí como acullá el drama de los marginales en un mundo diseñado para unos pocos privilegiados arde y grita en el terreno de la ignominia, el olvido y la injusticia.

LA GRAN BIG BOO ES FRÁGIL COMO EL CRISTAL

Las grandes dimensiones de su cuerpo, que maneja con una elasticidad y desenvoltura increíbles, no le impiden a la gran Big Boo mostrarse extraordinariamente frágil y reaccionar con entereza y lealtad frente a la violación que sufre su amiga Tiffany “Pennsatucky” Doggett.

Un flashback, técnica que le sirve a la directora para adentrarse en la vida de cada de una de las presas de Litchfield, muestra el rechazo que ha sufrido Big a lo largo de su vida y principalmente de sus padres, a los que se rebela en su juventud, dispuesta a aceptarse tal como es.

El personaje, que se come prácticamente la tercera temporada, está a cargo de Lea DeLaria, nacida hace 57 años en Belleville, Illinois, Estados Unidos y quien también es cantante y activista por los derechos de la comunidad homosexual.

“Nunca existió un programa como éste, que esté tan centrado en las mujeres de una manera realista y que a la vez sea tan secretamente femenino. Por ejemplo, contrataron a una mujer trans para que haga el papel de una mujer trans y contrataron a una lesbiana butch (a mí) para que haga el papel de una lesbiana butch.

Se esforzaron por hacer las cosas como nadie las había hecho antes. Entonces, por supuesto que se destaca. Y luego está el plan de negocio de Netflix, de lanzar todos sus programas completos que se pueden ver simultáneamente en todo el mundo. Y eso ayuda a crear un fenómeno”, ha dicho DeLaria en una entrevista otorgada al periodista Esteban Rico, de sentidog.com

TIFFANY PENNSATUCKY DOGGETT APRENDE A NO CREER EN EL AMOR

Una de las escenas más conmovedoras de la tercera temporada deOrange is the new Black es la que protagonizan Big Boo y Doggett, cuando la primera, convertida en madre sustituta de la otrora fanática y desdentada “Pennsatucky”, le compra una pasta dental para que se higienice la boca.

Ya no cree en el amor. Foto: Netflix

Como tiene fundas de porcelana, la pequeña Doggett consideraba innecesario lavarse los dientes. Ese gesto maternal de Big Boo hacia su amiga del alma recorre la historia de ambas en la serie y produce escalofríos cuando, enamorada irremediablemente de un guardia, “Pennsatucky” se expone a ser violada y, desafortunadamente, darse cuenta de que el amor, después de todo, no existe.

El personaje está a cargo de la actriz Taryn Manning, también diseñadora de modas, y cantante-compositora estadounidense. Es la vocalista del dúo electrónico Boomkat y co-propietaria de la marca de ropa Born Uniqorn.

CRAZY  EYES Y LA LOCURA QUE PRODUCE LA SOLEDAD

Si en las dos primeras temporadas “Crazy eyes”, el personaje fronterizo a cargo de la actriz Uzo Aduba, adquiría tintes irreales y paródicos, en la tercera entrega se vuelve humana, demasiado humana, para conmover con su historia de desamor y empezar a enamorarse de una compañera de celda.

No sabe cómo hacer frente al amor Suzanne Warren, tal el nombre de la criatura fascinante sobre la que gira gran parte del show y que deslumbra con su vulnerabilidad, demostrando por otra parte que hablar sola, tener pesadillas y creer que la persiguen los duendes, no siempre es testimonio de locura, sino de enorme soledad.

Crazy Eyes: el loco no es tan loco como lo pintan. Foto: Netflix

Aduba, que ganó el Emmy en 2014 por su trabajo en Orange is the new Black, empezó su carrera en la actuación en el teatro. En 2003, actuó en la obra Translations of Xhosa, lo que le valió una postulación al Premio Helen Hayes como mejor actriz.

Fuente: Sin Embargo.

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