Medio centenar de personas iniciará el lunes una caminata de una semana que coincidirá con la ruta por el desierto que siguen miles de inmigrantes cada año para tratar de cruzar la frontera que separa México y EU sin ser descubiertos por las autoridades.
Esta marcha de unas 75 millas (120 kilómetros), que organiza anualmente la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, comenzará en la ciudad fronteriza de Sasabe (México) para llegar a Tucson (Arizona) el próximo 2 de junio.
Con esta iniciativa, que este año cumple su décima edición, se busca llamar la atención de la sociedad respecto a las duras condiciones en las que miles de personas intentan cruzar la frontera de manera ilegal para llegar a EU y tratar de tener una vida mejor.
Kat Rodríguez, representante de la coalición organizadora, explicó esta semana que es imperativo reducir el número de muertes que cada año ocurren a lo largo de la frontera que separa México y EU y que ni siquiera se puede cuantificar.
Calculan que al menos 6 mil personas han muerto desde 1990 tratando de cruzar la frontera por el desierto, pero la clandestinidad de esta práctica hace muy difícil apuntar a cifras concretas.
En opinión de los organizadores, las políticas de EU encaminadas a dificultar el cruce fronterizo han obligado a los inmigrantes indocumentados a buscar otras opciones más apartadas y hostiles del desierto de Sonora, lo que eleva los riesgos de que aumente el número de personas que mueren en el intento.
La Patrulla Fronteriza inició esta semana su campaña anual para alertar a los inmigrantes de los riesgos de aventurarse a cruzar el desierto, especialmente en verano, cuando las temperaturas suben y se incrementa el peligro de morir por deshidratación.
De acuerdo con las más recientes cifras de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson, durante los siete meses comprendidos entre octubre y abril, ambos incluidos, se ha confirmado la muerte de 64 inmigrantes indocumentados mientras trataban de cruzar la frontera.