A pesar de campañas institucionales y llamados a la conciencia, la violencia escolar sigue cobrando víctimas silenciosas. En San Luis Potosí, un nuevo caso de bullying ha sacudido a la comunidad educativa, luego de que un niño de siete años fuera agredido hasta perder momentáneamente el conocimiento.
El hecho ocurrió en la escuela primaria Alfredo Sánchez García, ubicada en el fraccionamiento Molinos del Rey, donde el menor, estudiante de tercer grado, ha sido blanco de constantes ataques físicos y verbales. De acuerdo con su padre, quien trabaja en una tienda de conveniencia, su hijo ha sufrido agresiones reiteradas sin recibir apoyo o intervención efectiva por parte de las autoridades escolares ni del Sistema Educativo Estatal Regular (SEER), al que pertenece la institución.
La familia del menor ha denunciado falta de atención y abandono institucional, lo que evidencia la brecha entre el discurso oficial contra el acoso escolar y la realidad en las aulas.
Preocupa falta de acción ante el acoso, incluso en escuelas privadas
La preocupación por el acoso escolar se extiende más allá del sector público. Padres y madres de familia en escuelas privadas también han comenzado a denunciar omisiones y falta de respuesta ante casos de bullying, lo que ha encendido alarmas sobre la gravedad del problema.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y la Fiscalía General del Estado han confirmado que existen al menos dos investigaciones abiertas relacionadas con acoso escolar en planteles educativos de la entidad. Sin embargo, las autoridades han señalado que la falta de colaboración por parte de algunas escuelas ha obstaculizado el avance de las indagatorias.
Giovanna Argüelles, presidenta de la CEDH, informó que ya se han recibido múltiples quejas, tanto por parte de familiares como iniciadas por oficio. La comisión trabaja actualmente en un pronunciamiento institucional que buscará visibilizar la problemática y posicionar al organismo en franca oposición a la violencia escolar.
“No podemos seguir permitiendo que los espacios educativos se conviertan en entornos de miedo. Es urgente un compromiso real de todas las instituciones”, expresó Argüelles.