Sean “Diddy” Combs está en el centro de una investigación federal por tráfico sexual, tras su arresto en un hotel de Nueva York. La investigación se intensificó después de allanamientos en sus propiedades de Los Ángeles y Miami en mayo. Combs enfrenta cargos serios, incluyendo conspiración para extorsión, tráfico sexual forzado y transporte para prostitución.
Las acusaciones indican que Diddy obligaba a mujeres a participar en sesiones sexuales con trabajadores sexuales, grabándolas mientras él se masturbaba. Estos eventos, descritos como “Freak Offs,” eran producidos por el rapero y duraban varios días, durante los cuales distribuía drogas para mantener a las víctimas controladas y sumisas.
Los documentos judiciales revelan que Combs guardaba videos de las sesiones sin el conocimiento de las víctimas. En los allanamientos se encontraron mil botellas de aceite para bebés y lubricante, utilizados en estas sesiones. El personal de Diddy, desde supervisores hasta asistentes, supuestamente ayudó a organizar estos eventos y mantener a las víctimas bajo control.
Además, se alega que Diddy utilizaba armas para intimidar a sus víctimas y a testigos. Durante los allanamientos, se encontraron tres rifles AR-15 con números de serie borrados. También se acusa a Combs de intentar sobornar y presionar a las víctimas para que permanecieran en silencio o proporcionaran versiones falsas de los hechos.
Las acusaciones incluyen también violencia física. Se afirma que Diddy agredió a mujeres de diversas formas, incluyendo golpes, patadas y lanzamientos de objetos, con un incidente particular registrado en video en un hotel de Los Ángeles en 2016, que se relaciona con el caso de Cassie.
El caso sigue desarrollándose y representa un escándalo significativo para el productor musical y su círculo cercano.
