Palo de Rosa: medicina ancestral y belleza natural en la Huasteca

LOCALES, SAN LUIS

En la región de la Huasteca potosina, un árbol muy especial destaca no solo por su belleza, sino también por su profundo valor cultural y medicinal: el Palo de Rosa. Este árbol ha sido cuidado y utilizado por generaciones debido a sus beneficios tanto para la salud física como espiritual.

Los pueblos originarios de la zona, como los Teenek y los Nahuas, consideran que la medicina tradicional forma parte de su visión del mundo. Para ellos, curarse implica más que aliviar síntomas; se trata de recuperar la armonía entre el ser humano y la naturaleza. El Palo de Rosa es una pieza clave en esta conexión.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Jardín Etnobotánico y Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, este árbol tiene propiedades curativas que ayudan con diferentes males como fiebre, diabetes, inflamación estomacal, parásitos intestinales y diarrea.

Su preparación es sencilla, pero requiere cuidado. Las personas de las comunidades huastecas seleccionan las hojas más jóvenes del árbol y las dejan secar a la sombra. Luego, colocan un puñado en un litro de agua hirviendo, lo dejan reposar unos diez minutos y beben la infusión tibia, ya sea en ayunas o antes de dormir.

Durante la primavera y parte del verano, el Palo de Rosa adorna los municipios de Ciudad Valles, El Naranjo y Axtla con sus flores rosadas. Estos paisajes llenos de color atraen tanto a locales como a visitantes, convirtiéndose en un espectáculo natural muy esperado.

Por su historia y usos, el Palo de Rosa no solo representa una planta medicinal, sino también un símbolo de identidad y sabiduría ancestral en la Huasteca. Cuidarlo y preservarlo significa respetar una parte esencial del patrimonio natural y cultural de México.

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