Cuando el Papa Francisco arribe a Ecuador el domingo, en la primera escala de una gira por tres países latinoamericanos, se encontrará con un ambiente crispado por manifestaciones que reclaman cambios en las políticas económicas y laborales del gobierno e incluso la renuncia del presidente Rafael Correa, mientras la iglesia pide unidad y tolerancia al pueblo de ecuador.
El presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Fausto Trávez, en declaraciones a la AP, manifestó que “estamos viviendo una situación especial en la política del país, nuestra preocupación es qué pasará, hemos pedido una y otra vez la calma, la tranquilidad, que depongamos todos las actitudes de unos en contra de otros”.
Exhortó a los ecuatorianos a no generar “agresión de ningún tipo: físico, sicológico o de palabra, que se olviden para siempre quizá” porque el papa de “lo único que no va a hablar, es de política”, advirtió.
En la víspera de su partida a América, el Papa Francisco fue la noche del sábado a la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, para rezar por su peregrinación, como lo ha hecho previo a otros viajes del Papa, informó el Vaticano.
Frente a una imagen de la Virgen María, Francisco dejó un ramo de flores compuestas de flores con los colores de las banderas de los tres países que va a visitar y oró por unos 20 minutos, añadió.
Francisco tiene previsto oficiar dos misas campales, la primera el lunes en un gigantesco parque del norte de Guayaquil, donde se espera que lleguen alrededor de 1,2 millones de personas, la segunda el martes en esta capital, donde se prevé un número similar de fieles.
Las protestas se desencadenaron el pasado 8 de junio luego de que Correa enviara a la Asamblea dos leyes imponiendo impuestos hasta del 75% a la herencia y la plusvalía. Esos proyectos fueron archivados temporalmente, pero las protestas continuaron y llegaron a ser multitudinarias.
Fuente: Pulso