Francisco explicó que su postura se basa en la dignidad de la madre y la vida del niño no nacido en el seno materno, la cual no puede convertirse en producto comercial
CIUDAD DEL VATICANO.— El papa Francisco pidió la “prohibición universal” de la maternidad subrogada y expresó que el camino hacia la paz exige el respeto de la vida “empezando por la del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial”.
Ayer, durante su discurso frente a los embajadores acreditados ante la Santa Sede, Francisco aseguró que la práctica de dicho proceso de fertilización ofende “gravemente la dignidad de la mujer y del niño” y se basa en “la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.
Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, añadió.
Por todo ello, pidió que la comunidad internacional se comprometa a “prohibir universalmente esta práctica” y, además, mostró su repudio ante la llamada “ideología de género” que ha considerado parte de las “colonizaciones culturales” de la modernidad.
Para Francisco, hay “nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables”, que han dado lugar a “colonizaciones ideológicas”, entre las que ocupa un lugar central la “teoría de género”, que es “extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”.
Por otro lado, se ha referido al “reto educativo” del uso ético de las nuevas tecnologías entre los jóvenes, ya que “pueden convertirse fácilmente en instrumentos de división o difusión de mentiras, como las llamadas fake news, pero también son un medio de encuentro, intercambio mutuo y un importante vehículo para la paz”.
“También debe prestarse especial atención a la protección del patrimonio genético humano, impidiendo que se realicen prácticas contrarias a la dignidad humana, como la patentabilidad de material biológico humano y la clonación de seres humanos”, insistió.
CONTRADICCIONES
El prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Robert Sarah, expresó su “firme y radical” oposición a la declaración aprobada por el papa Francisco que permite las bendiciones de parejas homosexuales y divorciados vueltos a casar, porque lo considera “una herejía”.
Debo agradecer a las conferencias episcopales que ya han realizado esta obra de verdad, en particular a las de Camerún, Chad, Nigeria, entre otras, cuyas decisiones y firme oposición a la declaración Fiducia supplicans comparto y hago mías.
Debemos alentar a otras conferencias episcopales nacionales o regionales y a todos los obispos a hacer lo mismo. Al hacerlo, no nos oponemos al papa Francisco, pero nos oponemos firme y radicalmente a una herejía que socava gravemente a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas”, aseguró.
– Excelsior